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Muerto un joven que intentó arrebatar la pistola a un municipal en Somorrostro

El joven Gregorio Fernández Riaño, de veinte años de edad, resultó mortalmente herido tras intentar, en compañía de un segundo individuo cuya identidad se desconoce, arrebatar su arma reglamentaria a un guardia municipal en la localidad vizcaína de Somorrostro.Los hechos se produjeron a primera hora de la noche del viernes, cuando un joven armado con una pistola conminó al municipal a hacerle entrega de su arma. El agente, según propio relato, pensó inicialmente que se trataba de una broma de algún estudiante, dado que el lugar donde se encontraba, próximo al instituto de la localidad, es de habitual paso para los escolares. Sin embargo, la actitud del joven, agarrándole de un brazo con violencia e insistiendo en su exigencia, hizo reaccionar al policía, entablándose un forcejeo entre ambos. Según la versión adelantada oficiosamente por el cuartelillo de la Guardia Civil de Ciérvana, que instruye diligencias sobre el caso, fue en ese momento cuando apareció un segundo joven, que, según las primeras impresiones, recogió del suelo el arma del primer asaltante, caída durante el forcejeo. Esta segunda persona antes de huir, realizó dos disparos, uno de los cuales pudo ser el que alcanzó a Gregorio Fernández en la cabeza. La Guardia Civil no descarta, sin embargo, la posibilidad de que el disparo mortal se produjera antes de la caída del arma al suelo, ya que algunos testigos afirman haber oído otro disparo con anterioridad.

Del análisis del casquillo de la bala que causó la muerte del joven parece deducirse, en todo caso, que el municipal no llegó a usar su propia arma, que es del calibre nueve largo, mientras que el casquillo lo es del 7,65.

Gregorio Fernández Riaño fue conducida por la propia Policía Municipal de Somorrostro a la ciudad sanitaria de Cruces, donde, tras ser intervenido quirúrgicamente, falleció pasadas las dos de la madrugada.

Por otra parte, el joven Bartolomé López, de veinticuatro años de edad, ingresó en la misma noche del viernes en la residencia de Cruces tras ser alcanzado en la cadera por un disparo realizado por un desconocido que intentaba robar su coche a punta de pistola de un céntrico aparcamiento de Bilbao.

La víctima accedió en principio a la exigencia del asaltante, que le conminó a abrir la puerta del vehículo y a entregarle las llaves del mismo. Sin embargo, una vez abierta la puerta, tomó del interior del coche una barra de hierro, con la que intentó hacer frente al asaltante, que reaccionó disparando su pistola antes de darse a la fuga a pie.

El herido, cuyo estado era calificado a mediodía de ayer de «estacionario, dentro de la gravedad», fue conducido al mencionado centro sanitario por unos particulares que escucharon el disparo.

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