Las relaciones con la CEE podrían volver a depender de Exteriores
El Ministerio de Asuntos Exteriores podría ampliar sus competencias como consecuencia de la proyectada reforma administrativa del Estado, según fuentes políticas próximas al palacio de Santa Cruz, que no excluyen la posibilidad de que se cree una Secretaría de Estado de Comercio Exterior y otra de Relaciones con las Comunidades Europeas, lo que afectaría sensiblemente al Ministerio de Comercio y al ministro de Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo. Asimismo, se piensa que la Secretaría de Relaciones Internacionales de UCD podría ver reducidas sus competencias al solo desarrollo de las relaciones del partido centrista con sus homólogos de Occidente.Esta es, al menos, la llamada «fórmula ideal» de toda reforma administrativa de la política exterior española que circula en los medios diplomáticos de Madrid como posible solución a la crisis de unidad de la acción exterior del Estado experimentada a lo largo de los dos últimos años. En dichos medios, en los que se da al actual ministro, Marcelino Oreja, como el más firme candidato al puesto de jefe de la diplomacia española del próximo Gobierno del presidente Suárez, se espera que el palacio de Santa Cruz ocupe uno de los lugares de los llamados superministerios en la proyectada reforma administrativa y, en consecuencia, amplíe sus responsabilidades.
Según fuentes próximas al ministro Oreja, la nueva fórmula de la política exterior podría quedar articulada de la siguiente manera: un ministro de Asuntos Exteriores (al que algunos observadores, más entusiastas y optimistas, le otorgan también una vicepresidencia del Gobierno), del que dependerían el subsecretario de su ministerio, encargado de asuntos políticos y del servicio exterior, y dos secretarios de Estado, uno encargado del comercio exterior (fórmula belga), que podría ser ocupado por un técnico comercial del Estado y otro de relaciones con la CEE, a desempeñar por un político con experiencia en cuestiones europeas y económicas. Asimismo, el ministro se convertiría formalmente en primer responsable de la política exterior de UCD, cuya gestión corriente o administrativa puede ser desempeñada por un miembro del comité ejecutivo del partido gubernamental, dedicado esencialmente al desarrollo de las relaciones de su partido con las formaciones políticas homólogas de Europa occidental y de América.
El objetivo de este proyecto es el de conseguir la unidad de la acción exterior del Estado, que en los dos últimos años se vio seriamente afectada por un reparto arbitrario de las responsabilidades exteriores (entre los palacios de La Zarzuela, la Moncloa, Santa Cruz, la Trinidad, UCD y los nombramientos de embajadores políticos y extraordinarios), que ahora se esperan reagrupar en tomo al ministro de Asuntos Exteriores y bajo la supervisión directa del presidente Suárez, quien en esta legislatura se ocupará más directamente de la política exterior.
Quienes defienden este proyecto quieren evitar errores y enfrentamientos personales como los protagonizados en los últimos meses por los ministros Oreja y Calvo Sotelo en el tema comunitario (este último podría ocupar otra cartera u ocuparse de temas parlamentarios, al entrar las negociaciones con la CEE en un terreno más técnico que político) o por el propio Oreja y el responsable de relaciones exteriores de UCD, Javier Rupérez, con motivo del establecimiento de relaciones entre el partido centrista y el Frente Polisario.
El proyecto de Secretaría de Estado de Comercio Exterior es, al parecer, el más difícil de llevar a cabo, ya que ello supondría la práctica desaparición del Ministerio de Comercio, que podría quedar incluido, en lo que al comercio interior se refiere, en las competencias de un superministro de Economía. Con esta fórmula, amén de centralizar el comercio exterior, se eliminarían las competencias existentes entre los cuerpos comercial y diplomático.
