Carter viaja hoy a Israel con "diferencias pendientes"
Poco antes de trasladarse ayer a Alejandría, el presidente norteamericano reconoció que hoy viajará a Israel con «alguna diferencias pendientes», tras sus intentos de inducir al presidente egipcio, Anuar el Sadat, a firmar un tratado de paz con los israelíes en el que no se precise la fecha para la autonomía de los territorios palestinos ocupados por Israel. Carter y Sadat viajaron ayer de El Cairo a Alejandría en un antiguo tren del rey Faruk, especialmente preparado para que miles de egipcios pudieran ver y aclamar a los jefes de Estado a su paso por las estaciones.
A su llegada a Alejandría, Sadat coincidió con Carter en la existencia de «diferencias pendientes», pero también subrayó que ambos están «al borde del acuerdo».Ninguno de los dos dirigentes reveló la naturaleza de sus «diferencias», que, probablemente, serán presentadas entre esta noche y mañana por el presidente Carter al primer ministro israelí, Menahem Begin, en forma de «contrapropuestas» egipcias, durante la visita que efectuará a Jerusalén.
Sadat ha reiterado a Carter que su país desea que los palestinos de Gaza y Cisjordania obtengan su autonomía un año después de la firma del tratado egipcio-israelí, a lo que se opone Begin. Para superar el problema, Estados Unidos ha hecho una propuesta intermedia, aceptada a comienzos de esta semana por Israel, según la cual Egipto deberá renunciar a fijar una fecha específica en el tratado a cambio de que Jerusalén acepte, a su vez, que el acuerdo no tenga prioridad sobre los tratados de defensa de Egipto con los países árabes. De acuerdo con la fórmula norteamericana, esos tratados tampoco la tendrían sobre el acuerdo egipcio-Israelí.
Ayer, mientras Carter y Sadat seguían discutiendo el asunto en el palacio de Ras-el-Tine, construido en Alejandría a principios del siglo XIX por Mohamed Ali, fundador del Egipto moderno, en los numerosos grupos de expertos que acompañan a los dos dirigentes se barajaron diversas posibilidades en relación con la consecución de un entendimiento de «principio». Según un diplomático egipcio, «todo podría arreglarse ahora mediante el intercambio de diversas cartas de intención. Pero el tratado propiamente dicho -añadió- sería reducido a su más simple y mínima expresión».
Otros portavoces egipcios y norteamericanos sugirieron la perspectiva de que Sadat firme el texto norteamericano del tratado con sólo alguna modificación formal que pueda ser aceptada por Israel, pero que se reserva el derecho de hacerlo ratificar más adelante por el Parlamento egipcio. Así, la puesta en marcha del acuerdo sólo se producirá cuando Israel inicie de forma irreversible el proceso de autonomía en Cisjordania y Gaza. Con tal procedimiento se procurará, evidentemente, que Egipto pueda concluir la paz con Israel sin «perder la cara».
Un esfuerzo «sobrehumano»
Aparentemente, la participación directa de Carter y Sadat en las negociaciones está siendo mucho más intensa y amplia que la que se suele reservar a los jefes de Estado en conversaciones de este género. Tras una primera reunión de trabajo de más de dos horas, y después de un viaje de cuatro horas en tren desde El Cairo hasta Alejandría, Carter y Sadat volvieron a entrevistarse ayer dos veces en el palacio de Ras-El-Tine, mientras el primer ministro egipcio, Mustafá Jalil, y su ministro de Asuntos Exteriores, Bhutros-Ghali, mantenían sesiones paralelas con el secretario de Estado, Cyrus Vance, y el consejero de Carter, Zbigniew Brzezinski, a las que también asistió el secretario de Defensa norteamericano, Harold Brown. Miembros de la numerosa delegación de Estados Unidos (más de doscientos funcionarios) señalaron anoche que Carter «está dispuesto a hacer un esfuerzo sobrehumano para concretar la paz».
Ayer por la tarde, después de una de sus «sesiones de trabajo» con Sadat, que incluso se prolongaron durante el viaje a Alejandría, Carter declaró que hoy irá a Israel «con algunas diferencias», y que en Jerusalén hará «lo mejor para resolverlas». Explicó también que no se sintió sorprendido ante las «contrapropuestas» egipcias. Por su parte, el presidente Sadat explicó que, «naturalmente, hay progresos» en las negociaciones.
En general, el dirigente egipcio se muestra optimista sobre los resultados de sus contactos con Carter. «El principal obstáculo -dijo- se reduce, y suena ridículo, a algunas palabras aquí y allá, sólo a algunas palabras. »
Sin embargo, el «premier» Jalil dijo a los periodistas que las conversaciones son «demasiado delicadas» para esperar un resultado inmediato.
Las «enmiendas» propuestas por el Gobierno egipcio para un texto ya aprobado por Israel preocupan a los norteamericanos, que opinan que la reapertura del camino de las «sugestiones mutuas» conducirá a unas negociaciones sin fin. «Antes de viajar a Egipto -indican- Carter se opuso a que Begin introdujera modificaciones en su propuesta, y ahora está tratando de hacer lo mismo con Sadat.»
Mensaje de Carter a Hussein
Simultáneamente, aquí se ha sabido que Carter envió el jueves pasado un mensaje al rey Hussein de Jordania, en el que volvió a instarlo a incorporarse al proceso de paz de Camp David.
Hasta ahora, el rey hachemita se ha negado a aceptar los principios de Camp David y ha exigido una conferencia en Ginebra de «todas las partes» implicadas. En medios cercanos a la delegación de Estados Unidos no se descarta la posibilidad de que Carter efectúe una breve visita a Jordania, después de sus proyectadas entrevistas con Begin en Jerusalén, a iniciarse esta noche.
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