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La larga marcha de la conquista del espacio

El día 4 de octubre del año 1957 -hace quince meses se celebró el vigésimo aniversario-, una noticia sorprendía al mundo científico y a la opinión pública internacional; la Unión Soviética había lanzado al espacio el primer satélite artificial. ¿Qué significaba eso? Por primera vez en la historia de la tecnología humana y en la menos reciente historia de la aeronaútica, un objeto diseñado por el hombre entraba en esa curiosa situación que adquiere la denominación de orbital.¿Qué es entrar en órbita? ¿Cómo se entra en órbita respecto a cualquier astro o cuerpo celestial: planeta, satélite o si milar? Se entra en órbita cuando el objeto en cuestión describe una trayectoria en la cual, prácticamente, ya no requieré energía para desplazarse.

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Todos ellos permanecen en órbita gracias al equilibrio de dos fuerzas: la atracción que sobre los mismos ejerce el astro en cuya órbita entran y la fuerza centrífuga, que no es sino la consecuencia de su trayectoria curva. Es algo similar al equilibrio de fuerzas que experimenta una piedra cuando, sujeta mediante una cuerda a la mano, es puesta a girar. En ese caso, la atracción del astro dominante es la tensión de la cuerda que sostiene la piedra y la fuerza centrífuga es la misma que la que es ejercida en el caso de cualquier tipo de satélites.

Poner un objeto en órbita tanto sobre nuestro planeta como sobre cualquier otro astro es una compleja operación inviable sin la ayuda de las computadoras. Se requiere tal precisión en el estudio de las velocidades necesarias para que el hecho se produzca, y tal cantidad de tomas de datos y decisiones de acciones correctoras, que la misma mente humana que soñó tal proyecto y lo llevó a cabo no podría haberlo hechojamás sin la ayuda de inteligencias artificiales que supone el mundo de los ordenadores. Sin computadoras, sin la sorprendente velocidad de cálculo de un ordenador que lleva a cabo en décimas de segundo operaciones matemáticas que requerirían horas, días y semanas de trabajo mental y manual a los más rápidos matemáticos del mundo, nada podría entrar en órbita intencionalmente.

Tras la entrada en órbita del primer Sputnik, lo que hizo de la URSS el país pionero mundial del dominio del espacio exterior de nuestro planeta, han pasado muchas cosas. Nlo han sido veinte años en balde ni para la astronaútica soviética, ni para la de sus competidores, en cuya cabeza Estados Unidos de Norteamérica tampoco han perdido el tiempo. Sin embargo, pese al espíritu competitivo que ha animado los logros, éstos se han producido en campos similares, unas veces, pero en terrenos bien distintos otras. Es decir, EEUU y la URSS llevan a cabo programas bien diferentes con objetivos bien distintos. ¿Coincidencias? El dominio del espacio exterior. ¿Diferencias? El modo de llevar a cabo ese dominio y los objetivos prácticos del mismo.

La URSS, por ejemplo, ha orientado su esfuerzo espacial hacia la investigación básica del planeta Tierra, en el que vivimos, y del sistema solar en el que nuestro mundo está situado. De esa investigación básica sobre el planeta se derivan las más variadas aplicaciones en todos los campos. Así, se han podido crear nuevas aleaciones metálicas que permiten la construcción en situación orbital de delicadas piezas industriales con propiedades imposibles de ser conseguidas fuera del estado de gravidez. Gracias a la profunda y tenaz investigación de la superficie del planeta que ha llevado a cabo la URSS, en estos veinte años se han podido detectar interesantes yacimientos de valiosos materiales.

La biología, la aeronaútica, la geología, la meteorología, lametalurgia, la prospectiva, la ingeniería, la medicina, la informática, la ciencia y la técnica de la comunicación a distancia..., son tan sólo algunos de los sectores científicos y tecnológicos beneficiados con estos veintiún años de exploración.

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