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Mañana puede iniciar un paro indefinido el metal de Vizcaya

De no producirse durante el día de hoy una variación sustancial en la postura de la patronal del metal de Vizcaya, los 80.000 trabajadores del sector afectados por el convenio provincial podrían iniciar mañana una huelga con carácter indefinido, en respuesta al llamamiento de las centrales sindicales representadas en la mesa negociadora.La jornada de ayer, segunda de las dos de huelga general propuesta por CCOO, UGT, USO, LAB y ELA-STV para obligar a la patronal a negociar sin condiciones previas, transcurrió en condiciones similares a las de la víspera: paro generalizado en el Duranguesado y zona de Bilbao, y reducido en general a los pequeños talleres en ambas márgenes del Nervión. La mesa negociadora había anunciado previamente que, en caso de no producirse en las veinticuatro horas siguientes a las dos jornadas de paro la aceptación por parte de la patronal de una negociación sin condiciones, el miércoles se iniciaría un paro indefinido. Tan sólo ELA-STV había mostrado reticencias a esta iniciativa, que la central nacionalista consideró «precipitada».

Por su parte, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal insertó el sábado pasado en la prensa local un comunicado pagado en el que advertía a los trabajadores que secundasen el paro de su intención de sancionarles con dos días de suspensión de empleo y sueldo, a aplicar los días 21 y 22. La nota de la patronal hacía constar también la «contradicción» que a su juicio representaba «el mantenimiento de dicha huelga después de nuestro reiterado deseo de salir del punto muerto en que se encuentra la negociación del nuevo convenio colectivo». Anteriormente, la patronal se había referido al hecho de que en la mesa negociadora no estuvieran representadas la totalidad de las centrales sindicales como causa fundamental del retraso en él inicio de las negociaciones.

Las cinco centrales convocantes del paro de los días 19 y 20 respondieron a estos pronunciamientos de la patronal emplazándola a un debate público que debía tener lugar a las cuatro de la tarde de ayer en la AISS de Bilbao, y en presencia de la prensa. Se trataba, para las centrales, de «demostrar con referencias concretas quién es el responsable de la situación actual».

Al no haberse presentado los representantes de la parte empresarial a la cita de ayer, la reunión se convirtió en una exposición de posturas por parte de cada central en improvisada rueda de prensa. Todas las centrales coincidieron, por encima de divergencias menores en otros terrenos, en considerar que «la verdadera cuestión de fondo es la de las condiciones previas que la patronal pretende imponernos». Tales condiciones, expuestas por la representación empresarial hace cuatro semanas, hacían referencia a la aceptación de normas de flexibilización de plantillas hasta un tope del 10%, la mediación del Consejo General Vasco en los puntos en que no se lograse acuerdo y la introducción de una cláusula de descuelgue para las empresas que no pudieran aceptar los aumentos pactados en el convenio. Las centrales se mostraron también de acuerdo en rechazar la «ingerencia de la patronal en cuestiones como la de la representatividad de cada sindicato, que es algo a resolver, en todo caso, entre los trabajadores».

A este último respecto, la central ELA (A), rama disidente del sindicalismo nacionalista tradicional, y que afirma contar con un 12% de los delegados del metal en la provincia, hizo público un comunicado en el que expresa su oposición a la huelga a la vez que culpa a las otras centrales del retraso en el inicio de la negociación.

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