La huelga de enseñanza
Los profesores de la enseñanza no estatal (independientes) han anunciado una huelga para después de las elecciones, reciente aún la promovida por las centrales de clase.Es lamentable que los profesores tengan que recurrir a procedimientos de presión para obtener la retribución que en justicia les corresponde.
Como los centros privados no están en condiciones de satisfacer tales demandas salariales y el Gobierno no parece dispuesto a aumentar las subvenciones, ¿de dónde va a salir el incremento que solicitan los profesores? La respuesta es obvia: del bolsillo de los padres.
¿Qué pretende el Gobierno? ¿Someternos a una prueba de resistencia? Si es así, queremos dejar bien ciaro que hemos llegado al límite de nuestras posibilidades. Lo que se pretende hacer con nosotros es anticonstitucional. ¿No reconoce la Constitución la libertad de enseñanza? ¿Dónde está esa libertad, si los padres no podemos elegir el centro de nuestros hijos por que nos lo impide el factor económico? ¿Es que sólo los ricos van a poder decidir libremente?
Pero el tema económico está ligado a un aspecto muy grave del problema que quiero denunciar desde aquí. Si los profesores no pueden seguir viviendo en la indigencia; si los colegios no están en condiciones de resistir mucho más tiempo; si los padres hemos alcanzado el techo de nuestras posibilidades económicas y el Gobierno no parece dispuesto a mover un dedo, la conclusión es evidente: se está intentado asfixiar la enseñanza libre. La política manda. Una vez más, estamos siendo víctimas de la cesión, de la indiferencia, del abandono oficial.
Apelo a los padres que quieran defender un determinado concepto de la vida, de la libertad y de los derechos humanos, para ponerles en guardia contra una agresión encubierta, pero decidida que pone en peligro esa libertad y esos derechos.
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