_
_
_
_
_

"Conservar el patrimomo es más barato que construir de nuevo"

«La destrucción de la edificación existente supone unas pérdidas sociales y económicas que el país no puede permitirse. Es mucho más barato y humano aprovechar y vivir en lo construido.» Esta fue la primera conclusión obtenida en las Jornadas de Defensa del Patrimonio Urbano, celebradas anteayer, en las que intervinieron el sociólogo Tomás Villasante, como moderador; Santiago Amón, vicepresidente de Adelpha; José Luis García Fernández, arquitecto; Dionisio Hernández Gil, arquitecto; Antonio Murcia, presidente de la Unión de Vecinos de Malasaña, y Bernardo Ynzenga, arquitecto y director general de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas.Las jornadas -anoche los alcaldables se encargaron de hablar sobre el Plan Especial- pretenden ser una llamada de atención sobre la situación en que se encuentra el patrimonio urbano, según se encargó de explicar el moderador, Tomás Villasante. Para ello, los conferenciantes de lasjornadas son expertos en urbanismo y políticos que ya están vinculados a la Administración o que esperan estarlo.

Santiago Amón inició su intervención con un poema de César Vallejo con el que el vicepresidente de Adelpha pretendió hacer una defensa puramente humanista del patrimonio urbano. Luego, centrando el tema en el Plan Especial, dijo que la Cámara de la Propiedad Urbana -entidad que se ha manifestado en contra del plan- no debe de ser escuchada a la hora de defender el patrimonio, «porque no respeta los intereses de miles de propietarios, a la vez que se hace portavoz de los intereses de las grandes inmobiliarias. En Santander -aseguró-, la Cámara intentó, sin conseguirlo, derribar su sede, un edificio neomudejar de gran valor. En Pontevedra consiguieron derribar el edificio y lo convirtieron en un solar que posteriormente fue vendido a una inmobiliaira».

El señor Amón concluyó su intervención asegurando que desde que se aprobó inicialmente el Plan Especial, el valor de lo destruido asciende a 100.000 millones de pesetas, cantidad que consideró suficiente para arreglar el problema de la vivienda en Madrid.

Bernardo Ynzenga manifestó que son enormes los costes sociales que supone la destrucción del patrimonio, porque «cada persona que abandona una vivienda exige una nueva». Señaló después que la defensa del patrimonio no debía de hacerse desde un enfoque museístico. «La conservación -añadió- no debe de consistir sólo en congelar y no tocar, sino que hay que reparar. El centro de la ciudad no se hace viejo solo, sino por unas presiones que vienen de fuera de él. El problema de la conservación del patrimonio del centro tampoco debe enfocarse aisladamente, sino dentro del planeamiento de la ciudad.»

Dionisio Hernández Gil dijo que la renovación del patrimonio debe hacerse con la intervención pública y entregarlo después a las clases sociales que lo habitan.

Se refirió también a la ley de Arrendamientos Urbanos de 1964, en la que se recoge el concepto de ruina técnica, gracias al que se ha posibilitado el hundimiento de la ciudad. Añadió que la ley del Suelo contiene también algunos artículos cuya aplicación han colaborado en los hundimientos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Por otra parte, un volumen sobre «programación de lengua catalana para EGB» acaba de ser editado por la oficina de publicaciones de la Generalitat de Catalunya. El volumen, orientado a la enseñanza de la lengua catalana, consta de dos partes, una dirigida a los alumnos catalanoparlantes y la segunda para los alumnos que no tienen el catalán como lengua materna.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_