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Trabajadores de FASA-Renault protagonizan graves incidentes en Valladolid

El cierre de la factoría de Palencia, ordenado en la noche del miércoles; la negativa de la empresa a entablar nuevas negociaciones, y la radicalización de los grupos minoritarios que controlan las asambleas, han agravado aún más el conflicto en FASA-Renault. La escalada de la violencia ha tenido su punto álgido en la factoría de motores-2, donde permanecieron encerrados desde el martes hasta la tarde de ayer más de un millar de personas, algunas contra su voluntad, y en la manifestación ilegal de casi 2.000 trabajadores, quienes a la salida de una asamblea se dirigieron a los domicilios de un periódico y una emisora local, en cuyas cercanías insultaron a los informadores y tacharon de falsas las notas publicitarias insertadas por FASA en estos meses.

El grupo se dispersó antes de que hiciera acto de presencia la Policía Nacional, cuyos miembros llegaron, sin embargo, a efectuar algunas cargas contra los manifestantes. Los encerrados, por su parte, depusieron su actitud al comunicarles la empresa que estaba dispuesta a abrir la factoría si abandonaban las instalaciones.En la factoría de montaje-2, Ios trabajadores encerrados habían soldado con equipos autógenos varias puertas de la nave, habían puesto candados y cadenas en otras y habían colocado contenedores en diversos accesos a la fábrica. Los obreros habían comunicado su intención de abandonar el encierro si se abrían nuevamente las factorías, mientras que brigadas especiales de la Policía Nacional se habían concentrado en las cercanías del complejo industrial.

Sindicatos y asambleísmo

En la asamblea celebrada en la mañana se han puesto de manifiesto nuevamente, a través de múltiples y acaloradas intervenciones, la división de los trabajadores en dos grupos: partidarios del sindicalismo organizado en centrales y defensores de la representación directa emanada de las asambleas. De momento, la primera batalla la han ganado estos últimos (entre los que se advierte la presencia de ultraderechistas), que han desplazado a las centrales mayoritarias del protagonismo y han invalidado las decisiones de los comités de empresa, partidarios de aceptar la oferta de la patronal, cifrada en un aumento del 13%, según la empresa, sobre la masa salarial bruta y en otras mejoras de tipo social.Esta actitud también es defendida por Comisiones Obreras, central que propugna la celebración de un referéndum para que los trabajadores puedan expresar libremente su opinión. «La propuesta de FASA no se ajusta a las reivindicaciones de los trabajadores, pero contiene aspectos muy positivos en cuestiones sociales que la empresa no había aceptado hasta ahora-, tales como un día más de vacaciones por quinquenio, 100% del salario a partir del tercer mes de enfermedad y posibilidad de ascenso para los especialistas de más de ocho años de antigüedad» -indicaron, en una rueda de prensa, miembros de Comisiones Obreras. «Ante la situación de un sector como el del automóvil, que se enfrenta con la posible ampliación de Ford, la implantación de General Motors y el decreto de liberalización de importación de coches, y tal y como estaba planteada la lucha, la oferta, superior a la de otras empresas de este ramo, debía haber sido aceptada cuando se planteó» -añadieron. Comisiones Obreras considera que en aquel momento aún tenía fuerza el movimiento obrero. «Y es mejor terminar unidos en el instante oportuno para poder plantear con garantías luchas futuras. » Para esta central existen puntos muy oscuros en el conflicto de FASA. «El análisis de determinadas actitudes, el espectro político que actúa tras ellas y la santa alianza entre la ultraderecha y la extrema izquierda en FASA nos lleva a pensar que el conflicto está manipulado.» «Por tanto -continúan- debe cortarse el protagonismo de quienes quieren asumir la representatividad de 17.000 trabajadores a través de asambleas de ochocientos a mil, que las manejan demagógicamente.»

Comisiones Obreras insiste en la necesidad de la celebración de un referéndum entre los 17.000 trabajadores de la empresa para ver si se acepta o no la propuesta. «Pero para ello tiene que abrirse nuevamente la factoría; nuestra postura es clara: es mejor un mal convenio, y este de FASA es positivo, que un buen laudo.» Los miembros de Comisiones Obreras, central mayoritaria en FASA, indicaron finalmente que «está claro que las centrales han coordinado y controlado siempre los paros parciales y que consiguieron el reforzamiento de la postura de los trabajadores, pero los grupos minoritarios han aprovechado ese fortalecimiento para imponer su demagogia y llegar a una situación de enfrentamiento, a la que no es ajena tampoco la empresa ».

Las tesis de Comisiones Obreras son, salvo algunas variaciones, también secundadas por UGT, central que, sin embargo, no acudió ayer a la rueda de prensa convocada conjuntamente con Comisiones Obreras.

Por otra parte, los trabajadores obtuvieron del alcalde el compromiso de utilizar las instalaciones del estadio municipal de Zorrilla, siempre que se restableciera la normalidad ciudadana, alterada durante la tarde de ayer por la actitud de los huelguistas, contra los que, en repetidas ocasiones, hubo de cargar la policía.

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