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El secretario norteamericano de la Energía recomienda programas rigurosos de ahorro

La interrupción de las exportaciones de petróleo iraní es un problema «más serio» que el embargo petrolífero de 1973, en opinión del secretario de Energía norteamericano, James Schlesinger, quien auguró ayer futuras restricciones en el consumo de gasolina en Estados Unidos. En unas declaraciones hechas ante el Comité de Energía del Senado, Schlensinger dijo que la crisis política iraní y la paralización de las exportaciones de crudos han privado a Estados Unidos de 900.000 barriles de petróleo diarios, lo que supone aproximadamente un 5% del consumo nacional. Estos 900.000 barriles representan el 17% de la producción iraní antes de la crisis.

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El secretario de Energía y antiguo director de la CIA se mostró partidario, a título personal, de la elaboración de planes de emergencia y, si llega el caso, de la imposición de medidas obligatorias para restringir el consumo de petróleo.El zar de la energía norteamericano indicó que aunque la crisis de Irán se resuelva próximamente será muy difícil que el país vuelva a sus antiguos niveles de exportación de crudos, que rondaban los cinco millones y medio de barriles por día.

Estados Unidos tiene en estos momentos reservas de petróleo para setenta días y se trabaja en la construcción de una «reserva estratégica» que permitirá al país consumir gasolina y otros derivados del petróleo durante un año sin necesitar importaciones de crudo.

Tras calificar como «seria, pero no crítica» la situación mundial creada por la crisis de Irán, el secretario norteamericano anunció que el próximo 1 de marzo se reunirán los países industrializados de Occidente para examinar los problemas energéticos. En caso de que la Agencia Internacional de la Energía, formada por trece países desarrollados y con sede en París (aunque Francia no forma parte de la misma), decidiera «compartir» las pérdidas de suministros iraníes, Norteamérica podría verse obligada a disminuir su consumo energético.

Medidas restrictivas

Para prevenir esto, Schlesinger abogó por programas de conservación de energía, con carácter voluntario por el momento, de los que debería dar ejemplo la Administración federal. Sin querer alarmar a la opinión pública, el ministro norteamericano se mostró partidario de algún tipo de restricciones que creen conciencia del problema energético que se avecina.Entre las medidas apuntadas por James Schlesinger figura el cierre de las gasolineras los domingos, la reducción de cuotas de gasolina a los distribuidores, la limitación de espacios para aparcar automóviles en las grandes ciudades y la imposición de límites obligatorios a la calefacción y el aire acondicionado de los edificios. Un programa de emergencia está ya en estudio y será presentado al Congreso a finales de este mes. Pero la decisión sobre las restricciones deberá adoptarla el presidente Jimmy Carter el próximo 1 de abril.

Reducción de suministros

En medios británicos se mantiene una posición similar de inquietud entre todos los expertos del sector a la vista de la situación iraní. Las grandes compañías del petróleo han comenzado a reducir con carácter general sus suministros a las refinerías, incluidas las propias.La Shell, que acaba de elevar en una peseta el litro de sus gasolinas en Gran Bretaña, ha anunciado que a finales de marzo reducirá hasta en un 15% sus entregas de crudo, que ya había rebajado a un 70%. Sus responsables en Londres han declarado que el descenso de los suministros que comienza a hacerse sentir a escala mundial es tan grave como la crisis que siguió al embargo árabe en 1973.

El movimiento de la Shell sigue a una medida drástica de British Petroleum, que depende fundamentalmente de los yacimientos persas, para cortar sus entregas hasta en un 45 %. Exxon, el gigante norteamericano, ya lo ha hecho en un 7 % y la Gulf ha advertido también sobre reducciones inminentes, en un porcentaje todavía sin precisar. Como telón de fondo de esta marejada está el frenético comercio y los precios disparados del petróleo en el mercado europeo de entrega inmediata, donde el barril que en origen se paga a algo más de trece dólares ha superado la cota de los veinte. Se considera difícil en este contexto que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no se decida a comienzos de abril por subidas superiores al 3,8%. De hecho, todas las previsiones de diciembre sobre subidas de precios están desbordadas.

Arabia Saudita, árbitro

La incierta posición saudita aparece como clave en la evolución de la situación. El país árabe ha fijado un límite a su producción de nueve millones y medio de barriles diarios, pese a que aumentó a diez millones y medio a finales de diciembre pasado para compensar en parte el colapso de la producción persa. Crecen los rumores, sin embargo, de que el Gobierno saudita no está dispuesto a producir a este ritmo con los precios actuales. Arabia Saudita asumiría correctamente que Irán va a reducir por motivos políticos su anterior producción de 5,5 millones de barriles diarios y que, en cualquier caso, es una incógnita cuándo podrán reanudarse a pleno rendimiento las operaciones en los yacimientos persas.La comercialización de la práctica totalidad del petróleo iraní corre a cargo de un consorcio occidental formado por las compañías British Petroleum, Shell, Standard Oil, Exxon, Mobil, Texaco y Gulf, en el que la primera firma tiene la parte del león. El futuro de esta asociación, tal y como ahora funciona, está, sin embargo, seriamente amenazado por los estrictos puntos de vista nacionalistas del ayatollah Jomeini. Las compañías norteamericanas, excepto GuIf, tienen un fácil acceso, a través de su consorcio Aramco, a la producción saudita, que controlan virtualmente, pero no sucede lo mismo a British Petroleum y Shell, que ya han dado la señal de salida en lo que puede convertirse en una carrera de efectos desastrosos en las economías occidentales y tercermundistas.

Aumentos de precios

La Esso (suiza) alzó en tres centavos de franco suizo (algo más de una peseta) el precio de la gasolina. Este aumento, que entró en vigor ayer, «se debe a la interrupción de las exportaciones de petróleo crudo que provenía de Irán, y que ha tornado crítica la situación de abastecimiento a nivel internacional», señala un comunicado de la Esso. La medida tomada por la Esso en Suiza será adoptada en los mismos niveles en los próximos días, aunque otras sociedades de marcas dan como argumento el hecho del aumento del precio del petróleo en el mercado mundial, pero «agravado por la crisis de Irán». Algunos ejecutivos de estas sociedades, anunciaron que antes del fin de semana aumentarán el precio del combustible, y que si no lo han hecho hasta ahora, es debido a que hay stocks a precios antiguos, pero advirtiendo que si el problema del abastecimiento del crudo no se normaliza, pueden esperarse otras alzas aún, más allá de la anunciada.

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