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Abril invita a los empresarios a pensar más en crear empleo y menos en reducir plantillas

Con tono sorprendentemente optimista, el vicepresidente económico del Gobierno, Fernando Abril, exhortó ayer a unos dos centenares de empresarios a «pensar más en la creación de puestos de trabajo y menos en la flexibilidad de plantillas», por considerar que las tasas de crecimiento de la economía española permitirán un relanzamiento del mercado de empleo en los próximos años. El ministro de Economía respondió a las preguntas que le plantearon los empresarios, en el curso de la reunión «Cómo ven nuestros hombres de empresa la economía española», organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).

El señor Abril Martorell valoró positivamente el programa económico desarrollado por el Gobierno UCD en los últimos dieciocho meses y especialmente la firmeza con que ha sido aplicado, aun a riesgo de la más acentuada impopularidad. «Para un Gobierno en período electoral, lo más fácil es aflojar las restricciones crediticias e intentar relanzar siquiera coyunturalmente la actividad. Pero ello podría tener consecuencias nefastas para el conjunto del país», dijo el vicepresidente económico a preguntas de los empresarios. El objetivo fundamental de la política económica desarrollada ha sido «evitar una suspensión de pagos como país», lo que se ha logrado mediante la reducción de los datos desfavorables que presentaba la economía española en junio de 1977, con una inflación del orden del 30% y un déficit exterior entre 3.000 y 4.000 millones de dólares. De esta situación -insistió el señor Abril- hemos pasado a una inflación de aproximadamente la mitad de la existente y a un superávit de la balanza exterior de mil millones de dólares aproximadamente. «Estos logros se han alcanzado -dijo- merced a un aran esfuerzo del empresariado y de los trabajadores, lo que hace impensable echar en saco roto lo ya atravesado. Hemos atravesado lo más duro y tenemos ya un bagaje que permite relanzar con prudencia la economía española en los próximos años».

La conflictividad, escasa

La conflictividad fue valorada por el señor Abril como escasa -en línea con las declaraciones de otros ministros-, achacando su dramatización a los medios informativos. Como ejemplos que avalen supuestamente este juicio, el vicepresidente económico citó los conflictos de la Sanidad y los MIR (Médicos Internos y Residentes), de los que se ha hablado mucho estos últimos días y el primero no ha llegado a materializarse (véase página 37), en tanto que el segundo apenas ha afectado -aseguró- al uno por mil de la plantilla existente en todo el país. También se mostró crítico con las centrales sindicales, señalando que se está desnaturalizando el legítimo derecho a la huelga, sancionado constitucionalmente, pero concebido como recurso último de la negociación colectiva. No obstante, el señor Abril valoró positivamente la menor crispación que se percibe a todos los niveles en las negociaciones en curso e Incluso en los planteamientos de huelga que se suceden.El marco de relaciones laborales será reformado por las futuras Cortes, ya que el Gobierno de UCD abordará este tema en los primeros días de marzo «porque ganaremos las elecciones». afirmó el señor Abril. A su juicio, el actual marco que rige las relaciones en el seno de la empresa es heredado de un sistema anterior no corresponde a éste y debe ser revisado, pero no puede afirmarse que sea inservible, «en buena parte porque el Gobierno ha evitado que se degradara excesivamente». A nivel de futuro, el señor Abril se mostró partidario de definir un nuevo modelo de relaciones industriales, a nivel europeo, y más cerca del que rige en Francia o el de la República Federal de Alemania, antes que ningún otro.

La negativa del Gobierno a incluir en unos pactos socioeconómicos para 1979 una serie de reformas estructurales demandadas por las centrales fue citada por el vicepresidente económico como la razón fundamental del fracaso de las conversaciones de Castellana, 3, desarrolladas durante el último trimestre del pasado año. «Ni este Gobierno ni ningún otro podían hurtar al Parlamento la definición del nuevo modelo de relaciones industriales. A partir de las elecciones. con unas nuevas Cámaras, serán empresarios y sindicatos -en primer lugar- quienes deban discutir el posible marco y luego corresponderá a las Cortes sancionarlo».

«Es falso que en el convenio de Renfe se hayan transgredido los topes señalados por el Gobierno para los salarios». dijo más adelante el señor Abril. El incremento real ha sido del 13%, más un 1% adicional en concepto de productividad. «Lo importante -añadió- es que con el convenio firmado se han anulado compromisos contraídos en anteriores convenios, cuyo coste era muy superior a los incrementos pactados.» La necesidad de mantener la inflación controlada exigía -a juicio del vicepresidente- el control de las alzas salariales, ya que, a fin de cuentas, el crecimiento de los salarios es repercutido de inmediato por los empresarios por la vía de los precios, relanzando la espiral inflacionista.

Garrigues: "Este año empiezo en marzo o abril"

En la apertura del coloquio, el presidente de APD, Antonio Garrigues, pidió que este año, cuyo inicio está previsto para el 2 de marzo o el 4 de abril -según los optimismos- se alcance una Administración menos burocrática, menos influyente y menos variable; un marco de relaciones laborales y un poco de estabilidad política. Posteriormente, el señor Garrigues coincidiría con el vicepresidente económico en que UCD ganará las elecciones y seguirá en el Gobierno.Uno de los ponentes de la reunión fue el presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), José Miguel de la Rica, quien se refirió especialmente a la obligación del Instituto de adaptarse a la política que desarrolla el Gobierno, como ha ocurrido durante el pasado año. En este sentido, destacó, sobre todo, la culminación del programa inversor de 140.000 millones de pesetas, llevado a cabo en medio de una situación general de grandes restricciones y dificultades financieras y crediticias. Tras pormenorizar las actuaciones sectoriales y referirse a las previsiones inversoras para el presente año, el señor De la Rica recordó las dificultades inherentes a la deficiente estructura financiera del INI y sus empresas, cuya mejora constituye uno de los objetivos primordiales de la gestión actual del Instituto. «Nuestro lema básico para 1979 es el de invertir más y mejor, financiando adecuadamente la inversión y planteándonos criterios de rentabilidad», señaló el presidente del INI. Tras la exposición de su ponencia, el señor De la Rica fue interrogado sobre la posible competencia desleal de la empresa pública frente a la privada, concretamente en el sector eléctrico. «Deseo que la competencia sea leal y, si en algún caso no lo es, sugiero que se ponga en conocimiento para remediarlo. En el caso concreto que se plantea, creo que las diferencias son más acusadas entre las propias sociedades privadas que entre éstas y las del sector público.»

Ferrer: "Centrales y patronal deben ser fortalecidas"

La última intervención de la jornada fue la del presidente de la CEOE, Carlos Ferrer, quien se mostró partidario de acometer urgentemente una reforma de las relaciones laborales, a partir de un fortalecimiento de los interlocutores sociales -centrales y patronal- que posibiliten la culminación de acuerdos estables. En el ámbito político, el señor Ferrer estimó que los acuerdos socioeconómicos para el presente año no se alcanzaron por la situación interna de los partidos políticos, especialmente el PSOE, que ya vislumbraba la convocatoria de elecciones generales y no quiso comprometerse en el tema. «Nunca existieron auténticas negociaciones, sólo celebramos sesiones informativas.»Respecto a la actual situación de conflictividad, el presidente de la patronal estimó que tiene una base fundamentalmente política y electoral, ya que cada uno de los partidos con implantación en el cuerpo social quiere desarrollar su estrategia. En el caso concreto de los dos partidos de izquierda, el señor Ferrer estimó que el PSOE pretende protagonizar una trayectoria similar a la Socialdemocracia alemana, con un primer paso de participación en un Gobierno de coalición con UCD, y un segundo eslabón de presentación a las próximas elecciones (1983), unido a otro grupo de la derecha. El PCE, por su parte, con la central (CCOO) más poderosa del país, pretende ensayar la fórmula italiana de debilitar a los socialistas y como solución de recambio la francesa, a partir de propiciar por esa vía la coalición de las izquierdas, según el criterio del líder empresarial.

En la reunión de ayer participaron también como ponentes: José Meliá (sector hostelería y turismo), Rafael, del Pino (construcción), Juan I. Trillo (bienes de equipo), Jaime Carvajal (banca), Miguel Salís (siderúrgia) y Juan Miró (química). Todos ellos centraron sus intervenciones en analizar la evolución de sus respectivos sectores el pasado año y las perspectivas que presentan para el actualmente en curso.

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