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Radicales por decreto

«El llamado "decreto de los radicales", promulgado en la República Federal de Alemania, cumple mañana su séptimo aniversario. El 28 de enero de 1972 el entonces canciller federal, el socialdemócrata Willy Brand, y los presidentes de los diferentes estados federales firmaron la "resolución sobre el empleo de extremistas en los servicios públicos", que estableció que "sólo podrá acceder al funcionariado quien ofrezca garantías de que en todo momento actuará a favor del orden fundamental, liberal y democrático establecido en la Constitución".La resolución añade que "los funcionarios están obligados, dentro y fuera del servicio, a actuar para la conservación de ese orden fundamental".

Sobre el papel todo suena muy bien, pero en la práctica resultó todo lo contrario. Hasta el ministro federal del Interior declaró hace unos días en Bonn que el "decreto de los radicales" sirvió más bien para debilitar la democracia que para fortalecerla. El mismo Willy Brandt ha tenido que reconocer que el "decreto fue un error. "

En su texto el decreto introduce el concepto de "actividades enemigas a la Constitución", como obstáculo para trabajar en la Administración pública. Por esta brecha se inició en la RFA lo que algunos no vacilan en calificar de "caza de brujas" o "neoinquisición". Desde la aprobación del decreto se calcula que los organismos públicos efectuaron aproximadamente un millón y medio de consultas a los ficheros policiales en busca de antecedentes de los aspirantes a vender su fuerza de trabajo a algún ente estatal ( ... ).

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El problema del "decreto de los radicales" no tanto es la cifra mínima de discriminados, aunque no deje de ser un atropello a los derechos cívicos, sino el miedo de la juventud de la RFA a comprometerse de cualquier forma que pueda traerle consecuencias negativas para el futuro profesional.

El Gobierno federal estableció recientemente nuevos principios para suavizar la aplicación del "decreto de los radicales". La intención es buena, pero los efectos son casi nulos. »

Madrid, 27 enero

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