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La CEE no planteó la necesidad de adaptar el acuerdo de 1970 con España

Gestión y marcha del acuerdo comercial preferente España/CEE, en vigor desde octubre de 1970; informe sobre el acuerdo España-EFTA (Zona Europea de Libre Cambio) y necesidad de incluir un protocolo al actual acuerdo con el ingreso de Grecia al Mercado Común, fueron los principales capítulos analizados ayer en Bruselas entre una delegación española, dirigida por el embajador Raimundo Bassols, y otra comunitaria, presidida por Roland de Kergorlay, director de relaciones exteriores en la Comisión Europea, en el contexto de la comisión mixta, cuya misión es controlar la aplicación de lo dispuesto en el acuerdo comercial España-CEE de 1970.

« La característica de esta comisión mixta es muy particular, al estar en vísperas de iniciar negociaciones para la adhesión de España a la Comunidad», declaró el embajador Bassols, situando el tono en que se desarrolló la jornada de reunión hispano-comunitaria. El embajador afirmó que en ningún momento los comunitarios plantearon el tema de la extensión del contenido del acuerdo, considerado como desequilibrado para la CEE, según argumentos comunitarios. No aventura que el asunto quede zanjado y recordó, sin embargo, que el propio dictamen de la Comisión Europea sobre la adhesión de España a la CEE alude a la necesidad de adaptar dicho acuerdo. En tal caso, los argumentos españoles son los mismos de siempre: se puede avanzar en lo industrial a favor de la CEE, si no hay discriminaciones en lo agrícola contra España.Roland de Kergolay aludió en su calidad de jefe de la delegación comunitaria que existía gran preocupación por la «tendencia al desequilibrio» en los intercambios España-CEE. Citó cifras de comercio para los seis primeros meses de 1978 que son de superávit para España. Los comunitarios incidieron en la lentitud administrativa española en conceder licencias para la importación y, sobre todo, en la necesidad de ajustar las normas fiscales a la exportación española (desgravación a la exportación) a las comunitarias, a fin de no falsear las reglas de juego. Varios grupos de trabajo se reunirán en las próximas semanas para pulir roces que, desde el punto de vista español, son injustificados en algunos casos. El superávit con la CEE para los seis primeros meses es coyuntural y se debe, en gran parte, a la baja de las importaciones de origen comunitario debido a la crisis y la poca inversión en España.

El embajador Bassols citó, por su parte, que ciertos productos industriales españoles (textiles y siderúrgicos) también debían afrontar nuevas situaciones, no previstas en el acuerdo de 1970, pero impuestas por la crisis sectorial comunitaria que determina cupos para la entrada de ciertos productos españoles en la CEE. En resumen, una comisión mixta de transición para un acuerdo que, adaptado o no, quedará desplazado en el futuro con el ingreso total de España a la Comunidad, que es el objetivo actual donde se fijan los puntos de mira.

En otro orden de temas hay que citar la concesión de una subvención de diez millones de unidades de cuenta (950 millones de pesetas), cedidas ayer por la Comisión Europea a España, para que continúe el programa de lucha contra la peste porcina africana.

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