"Encuentros" de arquitectura en La Granja

Durante el pasado fin de semana tuvieron lugar en el palacio de La Granja, en Segovia, unos encuentros entre arquitectos italianos y españoles organizados por el CINFE (Centro de Investigación de Nuevas Formas Expresivas), con el concurso de Javier Bellosillo y Fernando Fauquie como coordinadores y moderadores. Los encuentros contaron con la presencia de relevantes profesionales de ambos países y transcurrieron en una serie de sesiones de trabajo y reuniones informales que han permitido contrastar experiencias pedagógicas y criterios teóricos, discutir proyectos reciente o en curso y exponer los problemas específicos que plantea la práctica de la arquitectura en España e Italia. La presencia de Tafuri, Gregotti, Battisti, Grassi, Thermes, Purini y Nicolin, por parte: italiana, y de Oriol Bohigas, Moneo , Corrales, Oyza, Vázquez de Castro, Fernández Alba, Solá Morales, Navarro Baldeweg, Tusquets, Junquera, Pérez Pita y Mateo, entre otros, por parte española, confirma su excepcional interés, tanto más destacable por cuanto este tipo de encuentros es todavía insólito en España y por cuanto la arquitectura y la crítica italianas de estos años demuestran una coherencia que aquí ejerce una razonable fascinación.El caso italiano, discutible, sin duda, en sus premisas teóricas y proyectivas, parece, sin embargo, ejemplar por lo que respecta a la dignificación del ejercicio de la arquitectura en general, tal y como se puede advertir a través de las abultadas matrículas de sus escuelas o el número y calidad de sus publicaciones especializadas, y esto es algo que, al margen del grado de identificación de nuestros arquitectos con las distintas tendencias de la moderna arquitectura italiana, merece la pena reconocer y analizar detenidamente.

La agenda de estos encuentros comprendía temas de carácter teórico y meramente profesional -revistas y escuelas de arquitectura-, así como la exposición y discusión de proyectos concretos, pero pronto despuntaron algunas de las cuestiones más espinosas: crisis del movimiento moderno, equivocidad del concepto de razón en arquitectura, pertinencia del historicismo, etcétera; cuestiones que, si bien sobrepasan los objetivos que estos primeros encuentros se hablan propuesto, conviene ir aireando.

En otro orden de cosas, diremos que por vez primera en su controvertida historia de estos cuarenta últimos años, un real sitio dependiente del Patrimonio de la Corona ha sido puesto incondicionalmente a disposición de un grupo de profesionales de la cultura ajenos, por completo, a su versión integrista y saludamos esta feliz iniciativa del CINFE, perfectamente acorde con el programa de investigación y estímulo a la creación que le corresponde llevar a cabo.