Afrontar ya el problema del paro
«Aparentemente, el fruto más importante de los pactos de la Moncloa, que ya caminan hacia el olvido, fue la contención de la inflación; su fracaso más rotundo, por el contrario, ha sido el crecimiento sostenido del desempleo junto a las dificultades igualmente crecientes para obtener un primer empleo los jóvenes. No es extraño que así sea; el desigual cumplimiento de aquellos pactos muestra que UCD se ha dedicado a tranquilizar a su electorado, las clases medias y muchas amas de casa, luchando contra el encarecimiento de la cesta de la compra; menos preocupado por el paro, que afecta esencialmente a las clases incidestas, éste ha ido aumentando a un ritmo que casi dobla las previsiones. Sin restar importancia al problema de la inflación, que incluso es probable reverdezca en los próximos meses, es el paro el gran problema del momento; por su incidencia social resulta dramático, más aún si tenemos en cuenta cómo golpea a determinadas regiones -Andalucía, Extremadura, Canarias...-, sin apenas movilidad de empleo, y cómo afecta ya también a determinadas áreas industriales.Aquí ha faltado una política clara con respecto al desempleo; de un lado, las medidas contra la picaresca de los seguros de paro han sido tardías y son aún muy insuficientes; de otro, el perfecciona miento de los seguros de desempleo dista mucho que desear, y se recuerda que una proposición de ley contra el paro de los socialistas, secundada hasta por Alianza Popular, y que encontró una réplica, en forma de enmienda, del partido en el poder, duerme el sueño de los justos, pese a la urgencia del problema. ( ... )
El Gobierno se ha dedicado a bombardear millones a las zonas más críticas, mediante lo que pudorosamente se llama empleo comunitario, que no es remedio, sino a lo sumo aplazamiento temporal del problema y no crea riqueza, en tanto ha carecido de unos planteamientos decididos para erradicar el desempleo y fomentar la creación de puestos de traba o en las regiones donde aquél es más agudo. Porque conviene destacar que aunque se afirme que los niveles de desempleo en España no son muy diferentes a los existentes en la Europa occidental, el problema presenta en nuestro país agravantes notorios; uno, el hecho ya señalado de que afecta de muy diferente forma a unas regiones y a otras; otro, el que crece a ritmo preocupante; un tercero, el hecho de que el subempleo es igualmente alto y que con frecuencia -como es el caso de Galicia- oculta situaciones de niveles de vida ínfimos, rayanos en la subsistencia, aunque formalmente el cabeza de familia, dueño de modestísimas tierras, no esté en paro. ( ... )»
21 ener o
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