Próxima "cumbre" de los dirigentes de Siria, Irak, Jordania y la OLP

Tras la consagración oficial de las relaciones jordano-palestinas, aprobadas por los participantes al Consejo Nacional Palestino, reunido en Damasco, fuentes bien informadas de la capital siria aseguran que la próxima semana tendrán lugar en ella una cumbre integrada por los presidentes Hafed el Assad, de Siria; Hassan el Bakr, de Irak: el rey Hussein, de Jordania, y el dirigente palestino Yasser Arafat. Su objetivo sería examinar el proyecto de fusión sirio-iraquí y coordinar la ayuda a la resistencia Palestina.

Por primera vez desde las represalias realizadas por el régimen jordano, en septiembre de 1971, los palestinos, la fracción más radical de éstos, encabezada por el Frente Popular para la Lliberación de Palestina (FPLP), de Georges Habache, aceptó esta semana la reconciliación entre Jordania y la OLP y el principio de crear un Estado palestino independiente «por etapas». El FPLP tiene previsto reintegrar el comité ejecutivo de la OLP al término de la XIV sesión del Consejo Nacional Palestino.El Consejo aprobó por mayoría absoluta un «programa político de unidad nacional», en el que se estipula la vigencia (le los derechos nacionales del pueblo palestino y se califica a la OLP de representante legítimo de éste.

También se expresa su apoyo a las resoluciones dictadas por las cumbres árabes de Rabat, Argel y Bagdad, y se compromete a intensificar la lucha armada y las diferentes formas de lucha política al interior de los territorios ocupados.

Fusión sirio-iraquí

Pero la atención de los observadores está centrada en el inverosímil proyecto sirio-iraquí de fusionar en un solo Estado, con un único presidente, un Gobierno y unas fuerzas armadas. Uno de los objetivos a que tiende esa fusión es, precisamente, hacer bascular el equilibrio militar en Oriente Próximo en favor del mundo árabe. Siria e Irak reúnen cerca de medio millón de hombres en sus fuerzas armadas.

Los progresos aparentes de la reconciliación sirio-iraquí sorprenden por su avance vertiginoso. Dirigidas hasta ahora por dos ramas rivales del partido nacionalista árabe Baath, Bagdad y Damasco estaban también divididas sobre el conflicto de Oriente Próximo. La primera ha excluido siempre un arreglo negociado, en tanto que Damasco no ha renunciado jamás a poner en pie el proyecto de conferencia de paz que debía tener lugar en Ginebra.

Según el ministro sirio de Información, Ahmed Iskander, la unión entre los dos países será «total», ya que dispondrán de «un solo pueblo, una única bandera y una sola capital».

Los medios diplomáticos occidentales no han salido de su escepticismo sobre las posibilidades que tiene tal fusión de concretarse, pero se admite ahora que esa idea no puede ser desechada del todo. Una fusión total seguirá siendo un sueño imposible, en opinión de un embajador británico, en una capital árabe, «porque la intensidad y la amplitud de las hostilidades que ambos países han mantenido no podrán desaparecer con un solo golpe de varita mágica».