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Graves incidentes en la celebración de la "Tamborrada" en San Sebastián

La quema de una bandera española, realizada por un grupo de encapuchados en la fiesta de la «Tamborrada» de San Sebastián, motivó la intervención de la policía y los consiguientes incidentes de orden público que caracterizan actualmente la vida ciudadana del País Vasco. Como consecuencia de estos hechos, que alteraron el desarrollo de la fiesta, una persona resultó herida de bala y otra lesionada en un ojo por un pelotazo de goma de la policía.

Diez encapuchados, cuando la plaza de la Constitución estaba abarrotada de gente, forzaron la puerta de la biblioteca municipal y cortaron las cuerdas de las que pende la bandera española. Como medida preventiva, la gestora municipal había decidido cerrar la puerta principal del edificio y restringir al máximo los pases a su interior para el acto de izar bandera que se llevó a cabo, como es tradición, a las doce de la noche del viernes. Los corporativos, en previsión de incidentes, habían rechazado por una parte la protección policial que insistía prestar el gobernador de la provincia y por el otro lado en vez de izar la ikurriña, la bandera española y la de San Sebastián, optaron por hacerlo únicamente con la enseña de la ciudad. No obstante, la bandera de Euskadi y la de España colgaban de sus respectivos mástiles. Los argumentos esgrimidos por las autoridades municipales de la ciudad para la adopción de ambas decisiones se centraban en el aumento de la tensión existente que podría suponer la presencia de las FOP y también en determinados sectores la izada de la bandera española. En este ultimo caso, se decidió adoptar la misma medida con la ikurriña. Los diez jóvenes con el rostro cubierto derribaron la puerta trasera del edificio donde se llevan a cabo los actos, e intimidaron al piquete de cinco policías municipales que se encontraban vigilando. Una vez en el interior, ascendieron hasta el balcón y desplazaron a la delegación alemana invitada para proceder a cortar las cuerdas de la bandera española. Acto seguido abandonaron el edificio por donde habían entrado.El gobernador civil de la provincia, Antonio Oyarzábal, nada más tener, conocimiento de¡ hecho, dio cuenta al Ministerio del Interior. Según ha podido saber EL PAIS, el delegado del Gobierno en Guipúzcoa justificó la intervención de las FOP ante algunos de los sectores municipales argumentando que una orden recibida directamente desde Madrid le obligaba a volver a situar la bandera española en el lugar que ocupaba. Para llevar a cabo, esta empresa se efectuó un espectacular despliegue policial con las consecuencias antes reseñadas.

La primera iniciativa de las FOP fue el dirigirse a la biblioteca municipal para volver a colocar la bandera española. A partir de este momento, un número importante de policías armados ocupan el interior del edificio que no habían abandonado a últimas horas de ayer. Se les pudo ver también hasta pasadas las diez de la mañana en algunas de las esquinas de la parte vieja controlando la situación.

Más de un gestor que a partir de los incidentes ha manifestado haber tenido contactos con el gobernador, aseguró a EL PAIS que la autoridad gubernativa responsabilizaba de los hechos a la gestora municipal por haber rechazado la protección policial que les brindaba.

No hace mucho tiempo, el gobernador civil contestaba a los ataques de Fraga Iribarne, que le acusaba de «haber permitido» en su presencia la quema de una bandera española, argumentando en aquella ocasión el señor Oyarzábal que una intervención de las FOP en aquella situación en que se desarrollaba un acto público multitudinario habría sido una medida de consecuencias insospechadas.

Una nota oficial del Gobierno Civil de Guipúzcoa señala que el comandante de la Policía Nacional que mandaba las fuerzas se dirigió al público a través del megáfono y dijo que no acudían para entorpecer la fiesta, sino para colocar en su lugar la enseña española. La sola presencia de las FOP motivó la reacción agresiva de los congregados.

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Los heridos

Dos personas armadas que vestían de paisano abrieron fuego de pistola tras haber protagonizado un incidente que en principio pudo ser, según todas las versiones con las que se cuenta de momento, una riña callejera motivada por un incidente de tráfico. Las personas armadas que agredieron a los ciudadanos, según se desprende de la lectura de una nota oficial, fueron José Javier Gutiérrez Estívariz, sargento de Infantería, y el policía armado Rafael García Sánchez, que después de haber utilizado sus armas resultaron también lesionados al ser golpeados por los testigos que presenciaron los disparos. Una de las cuatro balas que dispararon hirió en una pierna a Luis Durán Fernández.Testigos presenciales de los hechos han declarado que en más de una ocasión los dos agresores que portaban las pistolas, en un alto grado de excitación, encañonaron apuntando en la cabeza a los viandantes que trataban de evitar la riña. Los hechos se produjeron a las tres y media de la madrugada en la confluencia de las calles de Víctor Pradera y San Martín. Por otra parte, Juan Carlos Gaztelumendi, de diecinueve años, ha perdido un ojo al ser alcanzado por un pelotazo de goma disparado por la policía.

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