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Afirmación del islamismo frente ala influencia occidental

De Casablanca, en el norte de Africa, hasta Karachi, en Asia, el islamismo se está afirmando como contrapunto a la influencia occidental. Irán es un ejemplo de ello.Aunque el estallido de Irán parece singular y aislado y se considera relacionado con problemas políticos de índole nacional, la influencia del islamismo sobre las masas no está pasando inadvertida en otros países islámicos.

Algunos líderes seglares tomaron ya nota del poder que tiene el fundamentalismo islámico, advirtiendo que incluso en esta época de computadores, esa religión que cuenta con trece siglos de existencia y setecientos millones de seguidores sigue siendo una fuerza emocional vital para el apoyo Popular.

Argelia promulgaba en su Constitución de 1976 que aunque consagra sus fuerzas a «la revolución socialista» es, sin embargo, un «Estado islámico». Túnez ha abandonado su campaña contra el Ramadán, el mes del ayuno. Libia prohibe el consumo de alcohol incluso a los que no son musulmanes y niega la entrada en el país a todo aquel cuyo pasaporte esté escrito sólo en caracteres latinos.

Las legislaturas egipcia y kuwaití están actualmente debatiendo el restablecimiento del Shariah, ley sagrada del Islam, que sitúa a la religión por encima del Estado. Ultimamente, Pakistán comenzó a poner en práctica tales actos de «justicia islámica», como la flagelación en público y proyecta para el mes próximo inaugurar sus medidas de islamización intensiva.

Algunos consideran tal reafirmación del islamismo como una reacción contra el sistema de vida occidental que inevitablemente acompaña a la súbita industrialización.

«El islamismo no está en contra de la modernización», dice Ali el Sayed, jefe del Comité Parlamentario Egipcio de Asuntos Islámicos, que está haciendo campaña a favor de que se cierren los locales nocturnos de Egipto. «Cuando el objetivo de la modernización es tan sólo la satisfacción de necesidades materialistas, mientras descuida los aspectos morales, siempre se termina rompiendo la estructura de la sociedad.»

Algunos estudiosos observan también que durante el apogeo del Islam, después del siglo VII, florecieron la química, las matemáticas y la medicina. A este respecto, el jeque Mahmoud Abu Obayed, de la Universidad cairota de Azhar, dice: «Occidente utilizó la química para fabricar whisky. Nosotros debiéramos evitar eso.... tomaremos lo que sea apropiado para nosotros y rechazáremos lo perjudicial»

En Arabia Saudita se corta las manos a los ladrones. Se apedrea a las adúlteras y se da de latigazos a los borrachos. Recientemente, un violador fue decapitado públicamente.

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