El democristiano Martens acepta formar Gobierno en Bélgica

El presidente del Partido Social Cristiano flamenco (de tendencia demócrata cristiana), Wilfrid Martens, 42 años, aceptó ayer el encargo del rey Balduino de formar el nuevo Gobierno belga. Martens se declaró partidario de «intentar instalar rápidamente un Gobierno coherente capaz de resolver los problemas económicos y sociales». La labor del formador -y posible futuro primer ministro- no será fácil, ante las reservas de los socialistas, partidarios de reconducir la actual coalición gubernamental, y de los dos partidos federalistas de Flandes y de Bruselas, que critican al líder social cristiano de intentar congelar el proceso de reforma institucional belga que debe conducir el país al regionalismo o al federalismo.Wilfrid Martens es doctor en Derecho y Filosofia por la Universidad Católica de Lovaina. Participó como consejero en tres Gobiernos anteriores y preside la dirección de su partido desde marzo de 1972. Junto con el ex primer ministro Leo Tindemans, también social cristiano, Martens es uno de los líderes políticos más populares en Flandes.

«La situación es complicada y grave, pero intentaré formar un Gobierno coherente y estable con un programa social y económico, sin olvidar que las reformas del Estado sean discutidas por el Gobierno y aceptadas por el Parlamento», dijo Martens en conferencia de prensa al anunciar su decisión de formar un nuevo Gabinete. gubernamental.

Andre Cools, presidente del Partido Socialista valón, destacó, que economía y reforma del Estado van ligados. En términos parecidos se expresaron otros dirigentes políticos. Menos entusiastas fueron los líderes de los dos partidos federalistas, la «volskunie» flamenca y el FDF francófono de Bruselas, cuyos temores se centran en el peligro de quedar al margen del futuro Gobierno.

Según cálculos aritméticos, Martens debe contar, sin embargo, con una mayoría de dos tercios en el Parlamento surgido de las elecciones anticipadas del pasado 17 de diciembre si quiere obtener una aprobación de las Cámaras del futuro estatuto del Estado belga, cuya orientación deberá dilucidarse todavía entre un federalismo a «dos», entre Flandes y Valonia, o un federalismo a «tres», que incluya también la zona de Bruselas, donde se entrecruzan los intereses y la batalla lingüística entre flamencos y valones. Las nuevas Cámaras, que se formarán oficialmente el próximo jueves, tendrán carácter constituyente y deberán revisar más de setenta artículos de la Constitución belga que definirá la estructura futura del Estado.