_
_
_
_

El sha, esquiando a 60 kilómetros de Teherán

Mientras el sha y su familia abandonaban ayer Teherán para descansar durante dos días esquiando en Djarud, a sesenta kilómetros al oeste de la capital, el ayatollah Jomeini volvía a demostrar que es el auténtico poder en Irán al imponer sus condiciones para que se reanude la actividad en la industria petrolífera. Los huelguistas volverán a refinar y distribuir el petróleo, unos 600.000 barriles diarios, pero sólo para su consumo interno. «Exportaremos petróleo cuándo exporten al sha», afirmó un portavoz de los huelguistas. Otra de las condiciones impuestas por Jomeini es no servir petróleo al Ejército.Se espera que el sha, que «sería bienvenido en Estados Unidos», según afirmó ayer el Departamento de Estado norteamericano, regresará a Teherán el sábado para conocer la lista del nuevo Gobierno, que está intentando formar Shapur Bajtiar. Tres importantes generales del Ejército imperial, Oveissi, administrador de la ley marcial en Teherán, y los jefes de la Aviación Khosrowdad y Hossein Rabli, han dimitido.

Por otra parte, los cuatro grandes de Occidente, Jimmy Carter, Valery Giscard d'Estaing, Helmut Schmidt y James Callaghan, reunidos desde hoy en la isla caribeña de Guadalupe, examinarán a fondo las consecuencias de una posible desestabilización en Irán

Páginas 2 y 3

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_