Huelgas parciales en Correos, transportes y Televisión
Hoy cumple el plazo que se había dado el Gobierno para establecer unos acuerdos económico-sociales con centrales sindicales y patronal. No habrá pactos, y ahora le toca al Gobierno establecer el cuadro de medidas de política económica y laboral que haga posible la consecución de los objetivos fijados para 1979, que pueden concretarse en menos inflación, menos paro, más crecimiento y más inversión.
La confirmación de la imposibilidad de acuerdos coincide con una cierta escalada de conflictividad laboral en sectores estratégicos, como son el transporte, Televisión y Correos.Patronal y sindicatos han fijado ya sus respectivas tablas reivindicativas a nivel global, que sintetizan las posiciones mantenidas en las conversaciones de Castellana, 3. Las divergencias aunque notables, son en algunos casos más aparentes que reales.
Las expectativas de ambas fuerzas sociales se centran ahora, según declaraciones de sus dirigentes, en la actitud del Gobierno en dos aspectos: por un lado, en la definición del calendario político y concretamente de las convocatorias de elecciones; por otro, en la determinación de la política salarial y monetaria. No se descarta que en la próxima reunión del Gobierno se apruebe una disposición de carácter indicativo para el sector privado y compulsivo para el público, según la cual, el tope máximo de incremento salarial quede en el 13,5 %. Al decir máximo se apunta la posibilidad de que muchos sectores o empresas no lleguen a alcanzarlo. En cuanto a la política monetaria, el gobernador del Banco de España fue ayer muy preciso en una conferencia pronunciada en Madrid, al señalar que en el primer trimestre de 1979 se mantendrá una política restrictiva con drenaje de liquidez del sistema.
El aspecto político es, según fuentes empresariales, el condicionante básico de la actitud de dureza sindical, que ha arreciado en los últimos días. Si se despeja la incógnita de las elecciones, sindicatos y patronal pueden sentarse y negociar compromisos salariales y acuerdos para fijar en un plazo razonable el marco de relaciones laborales y negociación colectiva que hagan de 1979 un año de similar tranquilidad social a 1978. Todas las partes -centrales, patronal y Administración- coinciden en que hay que comenzar la negociación de convenios con carácter inmediato, aunque sigue siendo el Gobierno el que mantiene una posición más ambigua. Varios ministros se manifestaban ayer completamente ignorantes de los planes del presidente Suárez y del vicepresidente Abril acerca del problema político y de las medidas económicas que el Gobierno tendrá que adoptar con carácter inmediato, una vez cumplido el plazo para instrumentar unos acuerdos.
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