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El Conservatorio de Música de Madrid, desbordado por las solicitudes de matrícula

Más de 4.000 estudiantes de todas las edades esperan desde el mes de octubre obtener una plaza para iniciar sus estudios de música en el Conservatorio de Madrid. Su director, señor Bascuñana, ha manifestado a EL PAÍS que es materialmente imposible admitir a un solo alumno más en el precario espacio de las cuarenta aulas con que cuenta el Conservatorio en su edificio del teatro Real.Los padres de los aspirantes y los propios alumnos se han movilizado en los últimos días con la intención de sensibilizar a la opinión pública y sobre todo a la Administración para que se arbitren las soluciones urgentes que permitan la habilitación de las instalaciones necesarias para hacer frente al problema. Según explicó el director del Real Conservatorio, éste atiende en la actualidad una matricula de 6.500 alumnos aproximadamente. Desde hace algunos años se habilitaron cuatro institutos de enseñanza media para hacer frente al constante incremento de solicitudes de ingreso. El entonces director general de Bellas Artes, organismo del que dependían los conservatorios, prometió dar a estos centros, en los que la enseñanza de la música se dispensaba al finalizar las clases de bachillerato, el carácter de conservatorios autónomos para el ciclo elemental, e incluso aumentar el número de centros.

El proyecto no se llevó a cabo, y estos cuatro centros mantienen su existencia en absoluta dependencia de la sede del Real Conservatorio en la plaza de Isabel II, con todas las dificultades que dicha dependencia representa. Sólo tres administrativos componen la plantilla del Conservatorio, que ha de atender la compleja burocracia académica derivada de esos 6.500 expedientes.

Por otra parte, estas cuatro «sucursales» del Conservatorio están impidiendo que los institutos de bachillerato con los que comparten su actividad no puedan atender una demanda importante de alumnado de BUP.

Los padres de los 4.000 aspirantes sugieren que la solución podría encontrarse en la habilitación de colegios nacionales de EGB y no institutos de bachillerato, pues las escuelas no tienen las dificultades que representa el doble turno.

A principios del mes de septiembre las autoridades ministeriales decidieron ceder al Conservatorio madrileño el edificio del antiguo colegio mayor Guitarte, situado en la calle de Amaniel, también con carácter auxiliar; pero los trámites de cesión y la lentitud de las necesarias obras de acondicionamiento han hecho posible que, a punto de finalizar el primer trimestre del curso, las clases no hayan comenzado todavía. «Nos han asegurado -dijo el señor Bascuñana- que en enero podrán estar habilitadas ocho aulas. Si esto fuese así, yo creo que podríamos resolver gran parte del problema.»

El director del Conservatorio aclaró que, en realidad, no puede hablarse de un «derecho» por parte de los 4.000 aspirantes, pues, de ellos, 2.600 nunca han estado matriculados en el centro. Es a los restantes, los que aspiran a cursar primero de piano y primero de guitarra, que ya realizaron los estudios de solfeo, a quienes podrá atenderse en el nuevo edificio de Amaniel. La junta de gobierno del Conservatorio se muestra dispuesta, incluso, a prorrogar hasta el 30 de junio la duración del curso escolar, a fin de compensar a estos alumnos.

Con todo, el problema no va a quedar resuelto con la habilitación de este edificio. Las esperanzas del Conservatorio residen en el proyecto de ley de enseñanza artística, presentado por el Gobierno a las Cortes. En él se contempla la creación de conservatorios elementales autónomos (se calculan unos veinte para Madrid) que permitirían afrontar el futuro de la enseñanza de la música con cierto optimismo.

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