Comienzan a reincorporarse los trabajadores de la industria petrolera de Irán
La larga crisis política iraní experimentó ayer un aparente respiro al regresar al trabajo, bajo la presión del Gobierno militar, una gran parte de los trabajadores del sector petrolífero. Informaciones de fuentes diplomáticas confirmaban que, por vez primera desde que se inició la huelga hace doce días, la producción de petróleo registró ayer un ligero incremento, aliviando teóricamente las graves tensiones y problemas sociales y económicos que afronta el Gobierno del general Gholam Reza Azhari.
Aunque los datos sobre el restablecimiento del trabajo en el importante sector petrolífero son todavía poco exactos, fuentes diplomáticas señalaron que la producción de petróleo, que en los últimos días había bajado por debajo de la barrera del millón de barriles diarios se incrementó ayer a 1.700.000 barriles, cantidad que todavía no llega a ser ni la tercera parte de la producción normal diaria iraní.Por depender en un 90 % del petróleo, la situación económica iraní había sido casi desesperada la semana pasada y había forzado al Gobierno del general Azhari a amenazar con represalias a los trabajadores si éstos no regresaban a sus puestos. Parece evidente que estas amenazas surtieron un primer efecto y, tras el descanso festivo semanal del viernes islámico, un sector de la población obrera petrolífera accedió a las demandas gubernamentales. El fin de la huelga petrolífera también aliviará a los países europeos, principales clientes de Irán.
Pero, teniendo en cuenta la convocatoria de huelga general para mañana realizada por el ayatollah Jomeini en París y por el Frente Nacional en Teherán para protestar por la cadena de muertes en el país, este alivio puede ser sólo parcial. Ayer, no obstante, se calculaba que un amplio sector de los 67.000 obreros de la principal industria iraní estaba en su puesto.
Mientras tanto, la situación en las principales ciudades del país, que durante toda la semana han registrado serios incidentes y enfrentamientos de la población con las tropas del Ejército, con un saldo de muertes que puede superar dos centenares, era ayer bastante calma. En Chiraz, ciudad que el viernes pasado conoció su día más aciago en los dos meses de crisis, el Ejército impuso ayer el orden de los fusiles. El viernes unas cuarenta personas resultaron muertas y otras cincuenta heridas.
Al parecer, y según fuentes de la oposición en Teherán, los enfrentamientos del viernes se produjeron entre dos facciones religiosas rivales, que el Ejército decidió cortar de una manera tan brusca que llenó los hospitales de muertos y heridos de bala. Las luchas religiosas se produjeron entre chiitas, islámicos que son mayoría en Irán, y bahais.
Se tienen además noticias del salvaje comportamiento de los soldados en el curso de estos últimos días a medida que las noticias alcanzan Teherán. El jueves, por ejemplo, soldados en estado embriagado atacaron un hospital de Isfahan, ciudad que ha sido escenario de violentos choques entre manifestantes pro y antisha esta semana, y dispararon a quemarropa contra los médicos.
En Teherán, donde las manifestaciones con motivo del Ashura impusieron esta semana una tónica de tranquilidad desacostumbrada, también se han producido algunas escenas inenarrables en hospitales y, sobre todo, en el cementerio de la ciudad. Al parecer, y según la oposición más moderada al sha, los soldados arremetieron contra los familiares de los muertos, insultándolos y violentándolos en sus momentos de duelo. Varios médicos informaron a los corresponsales extranjeros que, en algunos casos, el Ejército impidió la entrega de los cadáveres a los familiares y, por su propia cuenta, los conducía a fosas comunes.
El sha insiste en quedarse
En el frente político, los rumores no cofirmados sobre nuevos intentos del sha para restablecer un Gobierno civil se alejaron definitivamente por el momento, después de los rechazos del Frente Nacional y la oposición religiosa. Según diplomáticos occidentales, tanto la oposición como el sha están pendientes de las manifestaciones que se esperan para mañana.
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