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Washington considera que la paz depende de Israel

La clave del éxito de las negociaciones de paz entre Israel y Egipto está ahora en manos del gabinete del primer ministro Begin, dijo ayer el jefe de prensa de la Casa Blanca, Jody Poweil, que añadió que si los israelíes rechazan la propuesta ya aprobada por Egipto «no sé lo que pasará».

La declaración de Powell se produjo sólo unas horas después de que el propio presidente Carter hubiese expresado en público su «frustración» por las dificultades que impiden la firma del tratado de paz y de que hubiese calificado como «muy generosa» la actitud del presidente egipcio, Anuar el Sadat.La noche anterior se había anunciado, de forma imprevista y repentina, que el secretario de Estado, Cyrus Vance, abandona su misión mediadora en Oriente Próximo y regresa hoy, viernes, a Washington. El retorno de Vance fue decidido por el presidente Carter, después de una conversación telefónica en la que fue informado por su secretario de Estado de las conversaciones mantenidas en Jerusalén con el Gobierno israelí.

Aunque los portavoces oficiales norteamericanos niegan que se haya producido una ruptura en el proceso negociador iniciado tras los acuerdos de Camp David, y atribuyen el regreso de Vance a Estados Unidos a «asuntos urgentes que despachar», la Administración Carter puede ocultar malamente su irritación con lo que se considera una postura intransigente adoptada por el Gabinete de Menahem Begin.

El optimismo que reinaba en Washington el miércoles, después de que Anuar el Sadat aceptara la fórmula de compromiso propuesta por Estados Unidos, desapareció completamente al existir claros indicios de que los israelíes rechazan dicha fórmula. El portavoz de la Casa Blanca se negó a decir si Carter está «impaciente» ante esta nueva dificultad, pero fue lo suficientemente explícito en otros temas.

Si Israel acepta la propuesta que ya ha sido aprobada por Egipto, habrá tratado de paz entre los dos países, afirmó Jody Powell, pero si no la acepta «no sé lo que pasará». «El asunto está ahora en manos del Gobierno israelí», añadió el portavoz presidencial.

Por su parte, el presidente Jimmy Carter, durante una cena con hombres de negocios que le visitaron en la Casa Blanca, dijo que Sadat había aceptado el calendario para la autonomía de Cisjordania y Gaza, que fue propuesta inicialmente por los israelíes, pero que éstos lo rechazan ahora. Sin nombrar ni una sola vez al primer ministro Begin, Carter tuvo palabras favorables para el Gobierno egipcio.

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El abandono por Cyrus Vance de su «diplomacia viajera» entre Israel y Egipto se interpretaba en círculos políticos de la capital federal no sólo como una reacción más o menos airada ante la intransigencia israelí, sino también como un último esfuerzo para presionar al Gabinete de Begin. Tras la reunión que celebrará hoy este Gobierno, la situación podrá clarificarse y hay rumores de que Vande podría volver a Oriente Próximo después de Navidad y de su entrevista con Gromiko en Ginebra.

En cualquier caso, y entre oleadas de rumores contradictorios, parece evidente que el tratado de paz entre Israel y Egipto no estará ultimado para el domingo día 17, cuando expira el plazo que se autoimpusieron Sadat y Begin en Washington, a menos que se produjera una acción espectacular por alguna de las partes, lo que tampoco puede ser descartado totalmente.

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