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Sire Records, un sello para la música de los años ochenta

Estos finales de los setenta han traído la música más viva y excitante que se haya podido escuchar desde otro final de década: la de los sesenta.La música que nació entonces se encuentra en un callejón sin salida, sus esquemas se repiten sin la menor creatividad en la mayoría de los casos y ni la Jefferson Airplane, ni Génesis, Santana, Pink Floyd, etcétera, representan lo que ahora nace para los años ochenta. Nuevos músico que surgen como una estampida, y viejos músicos que ahora, si son comerciales, pueden grabar y lo hacen en casas pequeñas, imaginativas y ágiles que creen en lo que tienen, en cada uno de los discos que sacan.

Una de estas casas es Sire. No es una grande estilo CBS o EMI, pero tampoco puede. catalogarse entre las más pequeñas, como Big Sound, Dangerhouse, Rapli, Step Forward o Small Worider entre otras muchas. El sello, antes de la presente explosión, distribuía en América el catálogo BTM, que cuenta con gente tan diversa como Curved Air, Caravan, Renaissance o Climax Blues Band. Sus propios artistas como Ramones se distribuían en Europa por medio de Polygram, que no hizo nada por ellos. Así, en esta nueva época firman un contrato internacional con Warner Bros y el sello, explota por medio de sus grupos. En España la música de Sire, su rock directo, heterogéneo y ¡vivo! ha comenzado a editarse. Veamos.

En primer lugar, los más viejos, los Flamin Groovies. Los Groovies no son de ahora. De hecho se formaron en 1965 como The Chosen Few (Los Pocos Escogidos). Su música ya desde un principio iba en la línea de los grupos pop ingleses y casi perecen en la avalancha de rock ácido del 67. Con ese estilo anticuado no consiguieron encontrar una casa discográfica (las pequeñas de entonces estaban por lo experimental), y así, decidieron editar por cuenta propia su primer EP (Sneakers, 2.000 ejemplares) para conseguir después editar dos álbumes con Kamasutra (1970 y 71). Ahora editados en España Durante todo este tiempo los Groovies siguieron haciendo en vivo su rock-pop, que debe casi todo a grupos como Stones, Searchers, Beatles o Byrds. Ahora editan su segundo elepé con Sire Now se abre con una canción de los Byrds y se cierra con una de los Beatles. Lo que hay entre ambas es música fresca, liviana, guitarras de acordes claros, bajo calcado de Paul McCartney... Puro pop para la gente de hoy.

Muy diferente de los Ramones. En sólo dos años los Ramones han grabado cuatro álbumes, con los cuales han conseguido ser adorados en primer lugar por la crítica neoyorquina (donde ser formaron en 1975) y, posteriormente, por la europea. El grado de mitificación de los Ramones viene dado porque lo que hacen, lo hacen mejor que nadie. ¿Y qué hacen? Pues simplemente una mezcla del pop de los sesenta con un nuevo estilo de producción, un sonido más, pesado, ritmos más rápidos y unas letras que tan pronto pasan de lo cursi a lo morboso. Y, efectivamente, son buenísimos. En España se editó su primer álbum y ahora el último, Road to ruin.

Talking Heads (Cabezas Parlantes). Se formaron cerca de Nueva York, adonde llegaron en 1974. El pasado año editan su segundo single: Psycho Killer (Asesino psíquico). Ahora han lanzado su segundo elepé: More songs A bout buildings and food. Son, son, son, automáticos, lunáticos, psicóticos. Este álbum producido por Brian Eno es una mezcla extraña del punk neoyorquino y el sonido que mostraba el Heroes, de Bowie. Es pura tensión entre lo vital y lo mecánico, entre el placer y la desgracia, entre lo fácil y lo complejo. Tal vez sea esta la mejor producción de todo el sello y en cierta forma la más inquietante y extraña. Talking heads han encontrado el espacío que discurre entre Ramones y Devo.

Y el grupo más polémico: los Dead Boys. Para unos lo mejor que ha dado América desde los Ramones. Para otros, unos imbéciles, epatantes que sólo pueden agradar a maniaco-depresivos. En realidad Dead Boys es un grupo duro, animal, capaz de destrozar el Tell me, de los Rollings, de dedicarle una canción a The son of Sam (el asesino que actuaba bajo órdenes de su perro). Casi todas sus letras son un prodigio de des-¿equilibrio? ciudadano, su música no es rápida: es violenta. El título de su álbum un poema: We have come for your children (Hemos venido a por vuestros niños).

Y de este primer lanzamiento quedan los Rezillos. Su elepé I cant stand the Rezillos (No puedo soportar a los Rezillos) es el rock más salvaje y físico que se haya podido escuchar en los últimos años. Materialmente no paran y los cortes entre canción y canción apenas conceden un brevísimo respiro. Sus dos cantantes, Faye Five (ella) y Eugen Reynolds (él) no parecen agotarse nunca, siguen cantando a un ritmo endiablado, no descansan... Los Rezillos es música anfetamínica para curar las represiones en una ciudad tan opresiva como Edimburgo... Pero sí se les puede soportar: son una inyección capaz de mover el cuerpo más tirado...

Hay más, como DMZ, The Saints, o Radio Birdman, aparte de un elepé histórico que recoge toda la oleada del punk de los sesenta: Nuggets es su nombre, y demuestra que también entonces existía la marcha. Tal vez todo esto sea el rock de los ochenta, tal vez no. Da igual, es música de hoy y ahora y es buena.

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