Un guardia civil, asesinado en un bar de Oñate

El guardia civil Manuel León Ortega, perteneciente al puesto de Oñate, resultó muerto ayer a consecuencia de los disparos que le efectuaron a corta distancia tres desconocidos. Cuatro impactos de bala alcanzaron al señor León Ortega, quien falleció poco después.

Aunque existe cierta confusión sobre las circunstancias del asesinato y se carece de datos personales sobre la víctima, parece confirmado que tres personas jóvenes entraron a las cinco menos cuarto de la tarde de ayer en el bar del club deportivo Aloña Mendi, donde se encontraba Manuel León con otro guardia civil. Los tres desconocidos efectuaron varios disparos de pistola e inmediatamente abandonaron el lugar, dándose a la fuga en un automóvil aparcado en las proximidades del bar, en el que les esperaba otra persona.Cuatro disparos alcanzaron al señor León Ortega, mientras su compañero resultaba ileso. Las heridas que le causaron -con orificio de entrada en la cara posterior del hemitórax derecho y orificios de salida en la cara anterolateral del hemitórax izquierdo fueron gravísimas. Antes de llegar al centro asistencial de Mondragón, que se encuentra a poco más de diez kilómetros, había fallecido.

A primera hora de la noche se ha podido saber que el vehículo utilizado por el comando es un R-7 blanco, matrícula de Guadalajara, que había sido robado poco antes en una calle de Oñate y su propietario había sido encerrado en el maletero por los autores del hecho. El dueño del automóvil, Pedro López Martínez, maestro nacional de Vergara, ha declarado que pudo oír desde el lugar de su encierro los disparos, y que después el coche circuló durante cinco minutos. Más tarde pudo evadirse del maletero gracias a una caja de herramientas que suele llevar siempre.

Cuando salió al exterior, el señor López pudo comprobar que se encontraba en el barrio Zubillaga, de Oñate, distante unos tres kilómetros del lugar donde se produjo el atentado. Desde un teléfono de una empresa situada en las inmediaciones relató el suceso a la Guardia Civil, quien montó en toda la zona que rodea Oñate controles de carretera muy estrictos.

Del guardia civil fallecido sólo se sabe que contaba 36 años de edad, estaba casado y tenía tres hijos.

Era natural de Constantina (Sevilla). Antes de ingresar en el cuerpo trabajó como cartero en la localidad guipuzcoana de Mondragón.

El guardia civil que le acompañaba en el momento del atentado, y que resultó ileso, se llama Luis Palomares García.