Se ha leído la Constitución

Confieso que tratando de ser buen ciudadano me he leído la Constitución y no en fascículos a lo Forges, sino en el lenguaje paliza de un suplemento de periódico. Creo que me merezco un aprobado, por lo menos, en ciudadanía, porque he invertido unas cuatro horas (en etapas y en lectura reposada y subrayando), cuando los cálculos más optimistas opinan que ni un 20% de los votantes se la leerán.Votarán según les suene y, como les suena a democracia y libertad, es casi seguro que obtendrá él respaldo de la mayoría. Pero yo, repito, me la he leído, porque si en el anterior referéndum sobre la reforma política había mucha tela que cortar en esas dos palabras, en la Constitución, que es sólo una, aún hay más. Confieso que como no soy jurista hay párrafos que me han resultado un tanto incomprensibles, pero es lógico que tras la lectura tenga una idea de ella mucho mejor que la que tendría si me limitase a ver y oír lo que dice la tele. A pesar de que es una Constitución larga, he sacado la sensación de que es como un pequeño arbolito que queremos plantar los españoles para que al hacerse grande podamos cobijarnos todos en él.

A mí me pasa lo que le pasa a casi todos, que no me gusta entera mente, que hay cosas que sí y otras que no, pero después que nuestros, representantes han estado casi un año trabajando y han puesto al país en una situación que parece irreversible, cuesta inclinarse por el no. Así que como estoy dudoso y el voto es secreto me reservo la opinión.

Hay una cosa que me sorprende, el arbolito-constitución hace referencia a muchas leyes que serán sus futuras ramas, y me sorprende, digo, que con los problemas urgentes que hoy tiene España, casi a la par, se están preparando para su aprobación, con toda urgencia, los estatutos de autonomía de lo que hasta ahora han sido regiones o provincias y que coinciden además con las más ricas; ¿es que son los problemas más urgentes que debe solucionar el país? Porque se ha dicho que eran el terrorismo, la inflación, el paro, la Seguridad Social, las viviendas sociales, la educación, el ingreso en el Mercado Común, la pesca, etcétera.