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Más de la mitad de la población española se siente insegura

A lo largo del año pasado, el 10,8% de la población española sufrió algún tipo de delito, la mayoría de ellos -el 90,8%- contra la propiedad y perpetrados en núcleos urbanos de más de 250.000 habitantes. Estas cifras, procedentes de un estudio estadístico realizado por el Equipo de Investigación Sociológica (EDIS), fue uno de los datos, que barajó Rafael Canales, sociólogo miembro del EDIS, en la ponencia que presentó en el simposio sobre inadaptación y delincuencia juvenil organizado por Cáritas Española, que concluye hoy, tras tres días de duración.

Según el citado estudio del EDIS, la población española opina que, respecto al año anterior - 1977- ha aumentado la delincuencia. Las personas que se definen políticamente como de derechas o de centro son las que más denotan este incremento. Por otra parte, el 52,8% de la población afirma sentirse inseguro en la sociedad actual ante la posibilidad de sufrir un delito. En cuanto a la delincuencia propiamente juvenil, el señor Canales citó algunas cifras muy reveladoras extraídas de las estadísticas judiciales que acaban de publicarse. El 58,7% de los delitos cometidos por menores fueron delitos contra la propiedad; el 21,2%, por mala conducta, y el 4,5%, delitos contra las personas.«Los delitos denominados de mala conducta aumentan a medida que la posición social de la familia es más elevada, mientras que los delitos contra la propiedad se dan más entre los que pertenecen a familias más modestas», señaló el señor Canales. «La mayor parte de los delincuentes juveniles son chicos; las muchachas representan una quinta parte del total y entre ellas los delitos más frecuentes son por mala conducta.»

Causas sociales de la delincuencia juvenil

Rafael Canales hizo también un análisis crítico de los enfoques que ha recibido tradicionalmente la delincuencia juvenil. «El delincuente -dijo- no es un marginado sino, por el contrario, uno de los más integrados, ya que carece de capacidad crítica para distanciarse de los objetivos que le presenta la sociedad, y con el fin de conseguirlos emplea todos los medios necesarios, sean legítimos o no. Toda sociedad, en su mecanismo de funcionamiento, crea al delincuente, y la existencia de éste refuerza y confirma la existencia de tales mecanismos.»Desde otra perspectiva, Juan Luis Recio, profesor de Sociología de la Complutense, cuestionó el concepto de conducta desviada a la luz de las distintas teorías que se han formulado: la de la escuela de Chicago, más bien conservadora, que explica la delincuencia como un estilo de vida; la estructuralista de Merton, perfeccionada por Cohen, para la cual el delincuente es un producto de la desigualdad de oportunidades, y la teoría de origen marxista, llamada criminología radical, que pone el acento en los condicionantes de tipo político y socioeconómico.

El profesor Recio, que se declaró partidario de esta última teoría, señaló entre los factores de orden general que determinan la delincuencia juvenil la creciente complejidad de las sociedades industriales y la ruptura de los patrones tradicionales de la organización social. Asimismo se refirió a causas más concretas, como los hogares conflictivos o las malas escuelas, y al fenómeno de las bandas juveniles, donde los jóvenes que experimentan una frustración de status buscan un ambiente propicio donde superar esta frustración.

La teoría de la segunda herencia

En cuanto a los orígenes biológicos y psicológicos de la inadaptación y delincuencia juvenil, el doctor Rof Carballo, que trató este tema en el simposio, expuso la teoría de la segunda herencia, que -según afirmó- «acaba con la polémica entre los que sostienen que el hombre es agresivo por naturaleza y quienes aseguran que la violencia es resultado de una cultura que preconiza la lucha y la agresión».«Las investigaciones modernas de fisiología cerebral -dijo- demuestran que el «tesoro genético» encerrado en las neuronas de las células del cerebro que gobiernan la emoción y la conciencia, es modificado en los primeros meses de la vida por la penetración en el núcleo de sustancias hormonales. Esta segunda herencia no es, pues, algo retórico o psicológico, sino algo que se puede verificar científicamente por autorradiografía de las células.»

Los aspectos jurídicos de la inadaptación y delincuencia juvenil fue otra de las vertientes del problema que se abordó en el simposio. El magistrado Miguel López-Muñiz distinguió entre la figura del delincuente juvenil ante el Código Penal -con atenuante de minoría de edad- y el inadaptado y delincuente juvenil en la ley de Peligrosidad Social, «La escalada en el consumo de toda clase de productos -dijo- no sólo perjudica a la juventud y genera inadaptación y delincuencia, sino que también altera las bases mismas de la sociedad.»

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