El futuro Parlamento catalán contará con una mayoría marxista
Según los resultados del 15 de junio y las normas electorales que determina el anteproyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña, se obtiene la previsión de un futuro Parlamento catalán con leve mayoría de la izquierda marxista.
Esta consideración está siendo tomada en cuenta en las negociaciones, entre bastidores de los partidos parlamentarios catalanes, con el fin de introducir modificaciones en la disposición transitoria del anteproyecto destinadas a regular las primeras elecciones autónomas.Así, de los 114 diputados al Parlamento catalán, 35 seríansocialistas, 22 comunistas, 23 del desaparecido Pacto Democrático, 22 de UCD, seis de la también desaparecida Unión del Centro, cuatro de la disuelta Esquerra Catalana y dos de Alianza Popular.
Además de la lógica evolución de las preferencias políticas del electorado deben tenerse en cuenta, con relación a estas previsiones, otros cambios. En primer lugar el descenso de la edad de voto, a los dieciocho años, lo cual favorece, sin duda, a la izquierda. Asimismo, la liquidación del Pacto Democrático, con la integración al socialismo del partido que fundara Josep Pallach, beneficiará a los socialistas y obrará en contra de Jordi Pujol. finalmente, los seis posibles diputados de la desaparecida Unión del centro irían a parar, en proporciones comparables, a UCD y a Pujol, respectivamente.
Si la circunscripción provincial del 15 de junio fuese sustituida, sin corrección alguna, por la comarcal, disminuiría el porcentaje de diputados electos socialistas y comunistas, mientras que ganarían todas las fuerzas situadas a su derecha. Las pérdidas de los socialistas serían poco sustanciales pero, en cambio, las de los comunistas serían estrepitosas. Los comunistas ganaron, el 15 de junio, en una sola comarca, la del Vallés occidental, mientras que los socialistas lo hicieron en catorce, UCD en trece y el, desaparecido Pacto Democrático en diez.
Por todo ello, en la comisión redactora del anteproyecto de estatuto, la izquierda defendió la circunscripción provincial y la derecha la comarcal. A la hora de votar, socialistas y comunistas salieron vencedores, y curiosamente, UCD se abstenía. Pujol se quedó, pues, solo.
La reacción popular surgida en las comarcas, concretada en el proyecto de marcha sobre Barcelona, ha obligado a un replanteamiento del tema. Ahora la solución vendrá a través de una conjunción entre la territorialidad comarcal y la proporcionalidad: un diputado por comarca y 50.000 habitantes, más otro por fracción de más de 25.000. Las comarcas que no llegaran a los 50.000 habitantes tendrían también un diputado.
Los socialistas -por boca del diputado Eduardo Martin- ven como único obstáculo que los problemas técnicos de esta fórmula comarcal puedan implicar retrasos que beneficiarían a la derecha, al contar ésta, mientras tanto, con Tarradellas al frente de la Generalidad.
Para el diputado de la Minoría Miguel Roca el hallazgo de una fórmula electoral de base comarcal es cuestión de superviviencia. «Lo contrario -afirma- inviabiliza la aceptación del Estatuto de Autonomía en Lérida, Gerona y Tarragona.»
La proyección política de la elección de la comarca o bien de la provincia es evidente. Con la comarca se favorece la necesaria catalanización de los socialistas -puesta en entredicho con su fusión con el PSOE- y se apunta hacia un necesario acuerdo con el partido nacionalista de Pujol. En cambio, con la circunscripción provincial se produce un nuevo desencanto en las zonas agrarias, mientras que se apunta la bipolarización política que produciría un hipotético -y quizá obligado- frente popular.
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