Suárez baraja Ia posibilidad de disolver sólo el Congreso

El presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, tomará su decisión sobre la alternativa investidura-elecciones, en función del resultado del referéndum constitucional. Una proporción de síes sobre el total del censo, del orden del 70% en adelante, inclinaría definitivamente al señor Suárez hacia las elecciones, opción que cuenta, al parecer, con mayor atractivo para el presidente. EL PAIS constató también en altas fuentes de UCD que ha sido barajada la posibilidad de disolver sólo el Congreso de los Diputados y convocar elecciones únicamente en esta Cámara.

Desde un punto de vista legal, una vez vigente la Constitución, el mecanismo que establece la disposición transitoria octava permitirá al presidente Suárez, en el plazo de treinta días, optar por la disolución «del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales» o dimitir y dar paso así a la votación de investidura. La Comisión Mixta, al remitirse al artículo 115 de la Constitución, no hizo salvedad alguna sobre si la facultad presidencial debía referirse a la disolución de ambas Cámaras, aunque ésta fue la interpretación que prevaleció, entre otras cosas, porque políticamente parece más normal.En la propia Unión de Centro Democrático se considera que, en caso de optar por las elecciones, la disolución deberá afectar, en principio, al Congreso y al Senado. Sin embargo, una alta fuente del partido gubernamental reconoció que «no podía decir que no se hubiera barajado la disolución exclusiva del Congreso». La misma fuente añadió que no se ha descartado ninguna de las posibilidades legales sobre las que decidirá el presidente del Gobierno a la vista, entre otros datos, del resultado del referéndum constitucional.

Un nivel elevado de votos negativos o de abstenciones desaconsejaría las elecciones, y asimismo un total de votos afirmativos entre el 60 y el 55% siempre sobre el total del censo, no sobre el de votantes haría prácticamente inviable la aventura electoral. Desde el 70% en adelante de votos afirmativos, la vía hacia las elecciones legislativas sería vista con más optimismo desde la perspectiva de UCD.

Fuentes socialistas descartaron, por su parte, que UCD haya considerado la posibilidad de disolver sólo el Congreso, ya que tal decisión no tendría políticamente sentido. Mantener el Senado, Cámara con escasas atribuciones, y disolver el Congreso, carecería de significación para el propio Gobierno. Sin embargo, desde otras perspectivas se ha señalado que UCD tiene una mayoría, más holgada en el Senado -sobre todo teniendo en cuenta gran parte de los senadores de designación real para momentos de apuro- y que el mantenimiento de esta Cámara reduciría el coste electoral, al tiempo que podría quedar como arma parlamentaria para el caso de que las elecciones al Congreso redujeran el número actual de diputados de UCD.

En cualquier caso, en medios gubernamentales se afianza la tesis de la remodelación gubernamental, con o sin elecciones, una vez en vigor la Constitución. Entre los ministros caídos se aseguró ayer a EL PAIS que figura el actual titular de la cartera de Obras Públicas y Urbanismo, Joaquín Garrigues Walker, uno de los líderes de la tendencia liberal que UCD alberga en su seno.