_
_
_
_

Los empresarios desean participar en la planificacion de la formación profesional

La Confederación Española de Pequeñas y Medianas Empresas (CEPYME) coincide con las centrales sindicales en su requerimiento de que las organizaciones empresariales participen junto con aquéllas en los órganos rectores de la formación profesional y en condiciones paritarias a las de la Administración pública.El fracaso del actual sistema de formación profesional, tanto en su primero como en su segundo grados, se pone de manifiesto ya en los propios cuestionarios de sus planes de estudios. Ello está evidenciando que la Administración y los técnicos docentes han venido olvidando de manera sistemática la realidad empresarial y la dinámica de la actividad laboral.

Como ha señalado la federación de enseñanza de Comisiones Obreras, las empresas han demostrado con hechos un grado de competencia mucho mayor en este terreno que los técnicos de la Administración. Con referencia, por ejemplo, al número de horas que se exigen en determinadas asignaturas del actual programa de Formación Profesional de Segundo Grado (FP-2), la citada federación de enseñanza ha puesto de relieve que existen muchas empresas que, con un número de horas considerablemente menor, adiestran mediante cursillos y preparación tecnológica a jóvenes titulados en BUP, a quienes preparan perfectamente para el trabajo y para un puesto concreto.

En contrapartida, las empresas empiezan por no reconocer la validez de los títulos otorgados por las escuelas de formación profesional y tienen que recomenzar por su cuenta, y a sus expensas, la tarea de enseñar la profesión a los jóvenes oficiales procedentes de aquéllas.

Está, por otro lado, la escasa e inadecuada maquinaria de que disponen los centros de formación profesional y la falta del necesario reciclaje profesional del profesorado, que ha perdido hace mucho tiempo su conexión con la actividad laboral en una empresa cuando no ha llegado a la docencia incluso sin haber conocido aquella actividad, es decir, desde una formación estrictamente teórica.

El valor cultural del trabajo

También en coincidencia con la opinión general de partidos políticos y sindicatos, que han señalado repetidas veces la necesidad de caminar hacia el establecimiento de un tronco único en la enseñanza primaria y media con la consiguiente desaparición de las dos vías actualmente existentes (bachillerato y formación profesional), la CEPYME propone ese tronco común, porque «la cultura no puede fragmentarse y el conocimiento y familiarización con la tecnología es un elemento cultural vivo y tan importante como las asignaturas clásicas. Los estudiantes, todos los estudiantes, deben entrar en relación, como un aspecto formativo de decisiva importancia, con el mundo del trabajo».El objetivo no es fácil de conseguir, porque requerirá un profundo cambio de la mentalidad de una sociedad que posee una imagen gravemente distorsionada de los valores del trabajo. Cuantos intentos se han realizado para introducir las ensenanzas pretecnológicas tanto en el nivel de EGB. como en el de la enseñanza media han fracasado porque, aparte de, la carencia de un profesorado adecuado y de unas técnicas didácticas convenientes, es evidente que existe una absoluta repugnancia hacia todo lo que significa la cultura manual.

Por otro lado, los empresarios proponen la ampliación de la escolaridad gratuita y obligatoria, en cuanto las circunstancias lo permitan, hasta los diecisiete años, porque cuanto mayor es la preparación cultural del individuo mayor es su capacidad de asimilación de los conocimientos y destrezas necesarios para el aprendizaje rápido de una profesión.

En consecuencia, para la CEPYME, la formación para el puesto de trabajo debería desconectarse del sistema educativo, a condición de que dicho sistema integre decididamente las enseñanzas tecnológicas y profesionales.

Esta formación específica para el puesto de trabajo por parte de la empresa es contemplada también por la otra organización de pequeñas y medianas empresas, COPYME, cuyo presidente, Enrique Miret Magdalena, ha señalado a EL PAÍS que también será preciso un cambio de la mentalidad ferozmente individualista de una gran parte de los empresarios españoles. Para algunos de ellos -añade el señor Miret- constituye una tremenda frustración verse «abandonados» por aquel trabajador que ha sido formado y promocionado dentro de una determinada empresa.

Este incomprensible sentimiento de frustración revela, según el presidente ce COPYME, una grave falta del sentido de solidaridad colectiva, que tanto daño ha hecho siempre al progreso de nuestro país.

Potenciar las carreras cortas

Vinculado al problema del deficiente sistema de formación profesional se encuentra el de la infrenable carrera por la consecución de títulos de rango universitario superior. Las dos organizaciones empresariales citadas insisten en que es absolutamente necesario potenciar al máximo carreras cortas después de un estudio profundo y continuo de las necesidades del mundo de la producción a corto y largo plazo.Los empresarios piensan que la reforma de la Universidad debería hacerse contando con ellos para resolver este problema y por eso han pedido estar presentes en todas las entidades estatales y paraestatales o autonómicas que vayan a intervenir en la futura planificación de un sistema educativo que no puede permanecer por más tiempo en la estéril autocontemplación de su propia ineficacia.

En un orden práctico de cosas las organizaciones empresariales se muestran dispuestas a la estrecha colaboración entre los centros docentes y las empresas en materia de aprendizaje, de forma que este período se vea doblemente asistido por la actividad práctica en la empresa y el seguimiento de la actividad docente en el centro de enseñanzas aplicadas al puesto de trabajo.

En cuanto a la financiación de la formación profesional, los empresarios opinan que, salvo acuerdos voluntarios, la preparación para el primer empleo debe correr a cargo del Estado. Por otra parte, deberían ponderarse rigurosamente las empresas que se encuentran en disposición de admitir aprendices asegurándoles una efectiva formación profesional. Pero CEPYME matiza que si se establece una relación jurídica de aprendizaje se habrá de tener en cuenta tanto el trabajo prestado como la propia aportación enseñante de la empresa que la convierte en colaboradora del Estado.

De otro lado, los empresarios desean que su cooperación con los centros docentes para la capacitación de alumnos de formación profesional en prácticas no genere obligaciones de carácter laboral. Para ello proponen que las empresas que se presten a este tipo de colaboración educativa vean regulada esta actividad en un estatuto de entidades colaboradoras adecuado.

Urgente necesidad de una ley de educación permanente

Por último, CEPYME pide que, con urgencia se formule una ley de educación permanente que permita el progreso en la capacitación de los trabajadores, bien en su misma línea profesional o en ámbitos de conocimientos diferentes. La sola condición de trabajador debe dispensarlo de otros requisitos para matricularse en cursos compatibles con su trabajo que le permitan frecuentar enseñanzas regladas y no regladas. En consecuencia, rechazan la exigencia de estudios académicos previos -EGB, bachillerato u otros- para la asistencia con plenitud de efectos a carreras de cualquier nivel. Para el supuesto de estudios universitarios reglados, la prudencia y valoración de su propia capacidad por parte del trabajador debería ser la única pauta reguladora. Pero, para que esta aspiración no pudiera quedar en puramente nominal sería necesario poner metodológica y pedagógicamente al trabajador en condiciones de poder seguir los cursos y estudios que elígiere, desde la base cultural en que se encuentra y con una programación que tenga en cuenta que habrá de compartir estudio y trabajo.Es obligado señalar, finalmente, que la otra gran organización empresarial, CEOE, ha remitido su opinión sobre el tema de la formación profesional a la inminente publicación de un estudio monográfico sobre la misma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_