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Reportaje:

Ayuntamiento: siete ambulancias mal utilizadas

La situación de las ambulancias municipales, por mucho que, en determinados momentos, son las únicas de las que se puede disponer para un servicio de urgencia, no es la ideal, ni mucho menos. Durante todo el día son siete las ambulancias que permanecen de servicio en la ciudad, a cargo del Ayuntamiento, servidas, cada una de ellas, por un conductor y dos camilleros, que se reparten la cobertura de las veinticuatro horas del día en tres turnos.Pero la realidad de cada día hace que no sean realmente siete las ambulancias que la Delegación de Sanidad y Asistencia Social del Ayuntamiento pone a disposición de los ciudadanos. La mayoría de ellas están empleadas en otros servicios que no son los puramente urgentes de traslado de un herido a un hospital y de espera a que ese herido potencial precise de sus servicios. Cada vez que alguien necesita de una ambulancia -policía, bomberos, Metro, etcétera- el primer teléfono que les viene a la memoria es el de las ambulancias municipales. De dos a tres ambulancias, de las siete, están constantemente en servicios de traslado de enfermos, sin que revistas sus casos ningún tipo de urgencia.

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Una gran cantidad de los servicios que prestan las ambulancias municipales son de traslado de dementes a/o de los hospitales psiquiátricos. El caso es que las ambulancias municipales no están destinadas a ese fin. Pero como cada vez que hay un caso, se atiende...

Las lesiones sufridas por los camilleros municipales ya no se cuentan con los dedos de las manos, a costa de la agresividad natural de los enajenados mentales. El miércoles pasado, un camillero municipal, Leovigildo Valero, de 51 años, casado y con hijos, recibió tres puñaladas de un demente que se encargaba de trasladar desde el Gran Hospital de la Beneficencia General del Estado al Alonso Vega. De las heridas recibidas fue atendido en La Paz, con el carácter de pronóstico reservado.

Este hecho, unido al resto de las lesiones sufridas por los mismos camilleros en los últimos tiempos determinó que, durante una asamblea celebrada el mismo miércoles por la tarde, se decidiera no volver a realizar ningún tipo de traslado de dementes de un lugar a otro. «La responsabilidad no es nuestra», dijeron. Pero el Ministerio de Sanidad y la delegación municipal correspondiente nunca han creado un servicio adecuado con este fin.

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