Difusión de la inseminación artificial en Gran Bretaña
La inseminación artificial va a hacerse extensiva en Gran Bretaña a la práctica totalidad de las mujeres que lo deseen, a través de una red de clínicas, sin ánimo de lucro, que recibirán el esperma de donantes «de buen aspecto físico, inteligente y sanos». Los primeros de estos padres anónimos pueden ser estudiantes de la Universidad de Birmingham, a los que ya se ha pedido su colaboración a cambio de una, gratificación simbólica.Algunos cientos de niños nacen anualmente en Inglaterra de madres inseminadas artificialmente, pero existen pocos centros privados dedicados a ello y sus tarifas no bajan, en ningún caso, de 100.000 pesetas, por el primer tratamiento. Con el esquema puesto a punto por el Servicio Consultivo Británico del Embarazo (BPAS), una organizacion sin fines comerciales que coopera con la Seguridad social y tiene varias clínicas en el país dedicadas a la practica gratuita del aborto, cualquier mujer o pareja que disponga de cincuenta libras, algo más de 7.000 pesetas, podrá tener descendencia. La tarifa incluye las consultas previas y tres meses de tratamiento. Por cada una de las sucesivas inseminaciones posteriores que fueran necesarias hasta conseguir el embarazo habrá de pagarse diez libras.
La Seguridad Social británica otorga una atención marginal a la inseminación artificial, aunque existen servicios que la practican en algunos de sus hospitales. Las recomendaciones del colegio de especialistas en obstetricia y ginecología en el sentido de extender este servicio a la totalidad de los centros dependientes de la Sanidad Nacional no ha tenido eco y la demanda es, por el momento, muy superior a la oferta. Lo delicado del procedimiento, de otra parte, ha motivado ya críticas a la iniciativa anunciada días atrás, basadas en la posible carencia por el BPAS de suficientes ginecólogos entrenados en la inseminación artificial.
Un portavoz del Servicio Consultivo Británico del Embarazo ha dicho que el objetivo primordial que se persigue es ayudar a la legión de mujeres que viven solas o que no pueden tener hijos de su pareja habitual por una variedad de motivos que van desde la escasa fertilidad del esperma, hasta el peligro de engendrar un hijo anormal, pasando por la incompatibilidad de grupos sanguíneos.
Una vez seleccionados el donante y la receptora, sus identidades respectivas permanecerán rigurosamente secretas para cada, uno de ellos. El hecho de que según la ley británica los niños nacidos por este procedimiento han de ser registrados civilmente como hijos de padre desconocido no parece que vaya a ser un elemento disuasor de la inseminación.
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