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Reportaje:Diez años de guerra en Irlanda del Norte/ y 3

El IRA, dispuesto a negociar

«Si los ingleses piensan retirarse de Irlanda del Norte, esta es la ocasión. El IRA, en estos momentos, ha perdido casi toda su capacidad militar, sus hombres están en la cárcel y anda corto de explosivos - explica un periodista de Belfast especializado en el conflicto-. Desgraciadamente, Londres no ha conseguido los mismos progresos en el campo político que en el policial, y no hay perspectivas de una solución auténtica para el problema del Ulster.»El tema de la retirada inglesa de Irlanda del Norte se vuelve a plantear, efectivamente. El Gobierno Callaghan no ha hecho ningún movimiento en este sentido, pero se están produciendo múltiples presiones, desde la de la propia opinión pública británica hasta las del Gobierno de Dublín, donde Jack Lynch, después de cinco años en la oposición, ha vuelto al poder con un renovado ardor nacionalista (su ambición personal es ser el político que reunifique a Irlanda), pasando por las sugerencias del presidente Carter que, presionado por los poderosos lobbies irlando-americanos, ha prometido importantes fondos para la creación de empleos en el Ulster si se llega a un acuerdo de paz o las reticencias de los Gobiernos del Mercado Común, a los que incomoda la existencia de un foco de desestabilización en la Europa comunitaria.

Sin embargo, no hay ninguna alternativa política preparada para una posible retirada británica. Es más, la última encuesta Gallup demuestra que la mayoría de la población del Ulster confla más en la actual Administración inglesa que en un posible Gobierno propio. Paradójicamente, los únicos que se han preocupado de prepararse políticamente para un Ulster sin ingleses son los extremistas de ambos lados.

Paz entre extremistas

«El IRA y los paramilitares protestantes tienen firmado un!documento de cese total de las hostilidades, una auténtica declaración de paz, dispuesta para entrar en vigor en cualquier momento -explica un abogado con buenos contactos entre los paramilitares-. Ese momento podría ser el de la retirada inglesa, aunque, de hecho, ya está parcialmente en vigor, hace casi dos años que los extremistas no luchan entre sí.»

Aparentemente, el acuerdo entre los dos extremos parece increible, puesto que los paramilitares protestates quieren un Ulster independiente, y el IRA una Irlanda unida. Sin embargo, el proyecto de unidad irlandesa del IRA es a través de una federación con amplias autonomías, y los especialistas dicen que el IRA. podría,aceptar un Ulster índependiente como un primer paso hacia la federación.

Lo cierto es que los extremistas están dando pruebas de notoria prudencia política. «Cuando el IRA voló un bar protestante a principios de año, en el que murieron quince personas, nos pusimos furiosos y decidimos tomar represalias -cuenta un miembro de una o rganización paramilitar protestante- Andy Tyrie, el jefe de la UDA (el grupo paramilitar más importante), nos reunió y nos dijo: «0. K., tomaremos venganza; aquí tenéis una listacon los nombres de todos los tipos importantes del IRA, matadlos a todos. ¡Pero no me matéis a nadie que no esté en la lista! » El resultado fue que no hubo represalias indiscriminadas.

¿Por qué, si existe ese buen entendimiento con los adversarios, continúa el IRA realizando atentados contra objetivos «económicos» (es decir, civiles)? Simplemente, para demostrar que sigue vivo, para que lo tengan en cuenta si se intenta una solución negociada. «Sería un grave error ignorar al IRA si se pretende llegar a un acuerdo en el Norte solamente porque parece derrotado -dice un veterano especialista en seguridad de la República-. Suponiendo que haya llegado al límite de sus fuerzas, que no sea ya capaz de incordiar, dentro de diez o quince años, cuando los militantes hayan salido de las cárceles y sus hijos sean hombres, volverían. a la carga. Ha pasado ya varias veces en la historia de Irlanda.»El IRA intenta sobrevivir

Esta es, efectivamente, lágran cualidad del IRA, su capacidad de supervivencia, demostrada a través de sesenta y dos años de activismo. El IRA no tiene, en realidad, nada que ver con los grupúsculos armados que actúan en Europa y con los que mantiene relaciones; más bien podría compararse con la Resistencia Palestina, en el sentido de que encarria una auténtica aspiracíón nacional, la reunificación de Irlanda, aunque la mayoría de los -irlandeses le nieguen su apoyo debido a su metodología. Pero, siempre queda un substrato de simpatía emocional, a la que se dirige la actual cámpaña del IRA sobre los prisioneros.

Porque el sacrificio, realmente heroico, de los tescientos y pico miembros del IRA que permanecen desnudos e incomunicados en sus celdas, en demanda de estatuto de preso político, no es sólo una cuestión de principios, es también una táctica que pretende sensibilizar a la opinión pública y obtener sus simpatías.

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