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Definitivamente, los nuevos serenos no llevarán armas

Los serenos madrileños no llevarán pistola. La comisión informativa de Seguridad y Policía Municipal del Ayuntamiento, en la reunión que celebró anteayer, aprobó la ordenanza municipal de creación de este cuerpo, una vez que el Ministerio del Interior devolvió el texto que había aprobado el pleno del Ayuntamiento el 21 de julio de este año.

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Aunque el Ministerio del Interior, al devolver la ordenanza aprobada, hace referencia al decreto de creación del cuerpo para toda España, en el que se especifica que los nuevos vigilantes nocturnos habrán de llevar arma corta, en el Ayuntamiento se ha considerado que la ordenanza ha sido aprobada por la autoridad gubernativa por silencio administrativo, al no haber contestado el Ministerio en el plazo de un mes que tenía, a contar desde la aprobación dada por el pleno municipal a la misma.Con esto, una vez que una nueva reunión del pleno de la Corporación municipal -seguramente el que se celebre este mes- se dé por enterada de tal aprobación, habrá terminado un largo proceso que se inició el 5 de noviembre del año pasado, fecha en que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el decreto de recreación del cuerpo.

Dos años y siete meses sin serenos

El 4 de abril de 1974 el Consejo de Ministros aprobaba una disposición de acuerdo con la cual los cuerpos de Serenos de Comercio y Vecindad, que tal era el título completo que recibían, desaparecían de toda España.Fue el 15 de marzo de 1976 cuando, en forma que entonces se creía definitiva, los serenos desaparecían de las calles y daban paso a un nuevo tipo de vigilantes nocturnos que, en número de 1.200, en su mayoría, procedían de los antiguos serenos, siempre y cuando no superaran la edad de 65 años. Sin embargo, la mayoría de estos serenos convertidos en vigilantes nocturnos, armados de una pistola, tienen más de cincuenta años, edad a la que, sin ser un anciano, ya no se cuenta -y menos sin el necesario entrenamiento- con los reflejos y capacidad de acción precisos para hacer frente a la cada vez mayor delincuencia nocturna en la ciudad.

Desde aquel mes de marzo hasta ahora ha sido un constante clamor de voces -en ocasiones las mismas que habían pedido su desaparición- el que se ha alzado en solicitud de que volvieran los serenos a las calles de Madrid Ahora lo harán cerca de 7.000, jóvenes y con esa capacidad de reflejos.

Los antecedentes del decreto que propiciaba la desaparición de los serenos tuvo un origen muy claro: los miembros de este cuerpo pidieron repetidamente integrarse en la Seguridad Social, cosa que no fue atendida, ya que eran pagados, en forma voluntaria, por los vecinos de cada zona y no había un ente -por ejemplo, el Ayuntamiento- que se encargara de ejercer como patrono.

El Sindicato de Actividades Diversas, vertical, del que era su presidente Juan García Carrés, hizo suya la reivindicación de Seguridad Social y estabilidad económica para los serenos. Pero el planteamiento que hizo fue bastante distinto: o se paga como se debe a los serenos o se disuelve el cuerpo. El cuerpo fue disuelto.

La polémica de las armas

La gran desilusión de los que habían pedido la vuelta de Ios serenos fue que cuando se publicó el decreto por el que se creaba el huevo cuerpo de vigilantes nocturnos, su figura se veía acrecentada por la obligación de tener que llevar un arma. A partir de aquel momento todo fueron protestas con un único fin: conseguir que los nuevos serenos madrileños no llevaran armas.En un polémico pleno del Ayuntamiento, celebrado el 27 de enero de este año, se llegó a asegurar, por parte de algunos concejales, que el hecho de que los serenos llevaran una pistola era un signo de subdesarrollo. El argumento defendido en aquel pleno era que el colocar a 7.000 hombres armados en la calle suponía aumentar la peligrosidad ya existente en la ciudad. Además, como demostraban los constantes asaltos de que eran víctimas los vigilantes armados aún existentes hoy, un hombre armado es un blanco perfecto para cualquier delincuente y la víctima propicia para quien quiera conseguir una pistola fácilmente. Fue un tanto en función de las opiniones vertidas en aquel pleno como se redactó la ordenanza que, ahora aprobada, da paso a la vuelta de los serenos.

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