Tarancón cree que hoy habrá Papa
«Cuando llegué aquí pensaba realmente que este cónclave duraría más que el anterior. Así lo declaré a EL PAIS. Hoy, después de estos dos últimos días, he cambiado de opinión. Mañana es casi seguro que habrá papa. Si no, como muy tarde, sería el lunes», nos declaraba al mediodía de ayer el cardenal Vicente Enrique y Tarancón en el Colegio Español de Roma, minutos antes de encerrarse en el cónclave. «La impresión que tengo -agregó- es que habrá tres o cuatro personas que serán votadas en el primer momento. Luego, como son personas de gran valía, la cosa puede acabar pronto.»Las «tres o cuatro personas» a las que se refiere el cardenal Tarancón son probablemente una o dos más. Según hemos podido reconstruir a través de las declaraciones hechas por diversos cardenales («para publicar, pero sin citar fuentes», según sus deseos), dos serán los favoritos en la primera votación de hoy: el cardenal arzobispo de Florencia y antiguo diplomático pontificio, Giovanni Benelli, y el majestuoso cardenal arzobispo de Génova, Giuseppe Siri. Entre estos dos cardenales se repartirán los votos de las tendencias mayoritarias del cónclave: el primero polarizará al sector llamado «progresista», y el segundo al área conservadora y curial. Junto a ellos, otros tres cardenales obtendrán algún sufragio en el primer escrutinio: Pignedoli, Poletti y Colombo.
Como en el anterior cónclave, Siri será el más votado en un principio. Sin embargo -como ya sucedió entonces-, los cardenales irán en busca de una solución de compromiso, más al gusto de todos, que logre la mayoría requerida.
Las posibilidades de Siri son, pues, casi inexistentes. A Benelli le sucede otro tanto. Sin embargo, ciertos sectores no llegan a descartar su triunfo.
Como soluciones intermedias entre los dos grupos mayoritarios del electorado se apuntan tres nombres Pignedoli, Poletti y Colombo. Para dos prelados latinoamericanos progresistas, Poletti es el casi seguro ganador. Según estas fuentes, podría ser definitivamente elegido en algunas de las dos votaciones que se celebrarán esta tarde. Sin embargo, si los cardenales tardaran en ponerse de acuerdo, Colombo (que al tener más edad tiene menos espectativas teóricas de vida) sería una última solución transitoria. «De salir Colombo, sería el lunes por la mañana», ha asegurado uno de los cardenales latinoamericanos antes citados.
Filtración de informaciones
El hecho de que casi todos los prelados que han hecho declaraciones en los dos últimos días afirmasen rotundamente que el cónclave será breve, confirma lo que ya se venía comentando: los cardenales, que no han podido negociar abiertamente en las congregaciones del Colegio Cardenalicio que se celebraban diariamente, se han ido sondeando a lo largo de reuniones de pequeños grupos.El que sólo ha pasado mes y me dio desde el último cónclave facilitó mucho la comunicación entre ellos. Está vez, además, han abundado las entrevistas y declaraciones off the record. Considerando el secreto hermético que marca la costumbre como un atentado al derecho de los creyentes a conocer la marcha de su Iglesia, los cardenales progresistas han facilitado bastante la información. Curiosamente, han sido los periodistas laicos los más favorecidos por este hecho, ya que buena parte de los informadores de medios confesionales han sufrido un cierto pudor a la hora de penetrar en los «grandes secretos».
Cuando ayer, a las cinco de la tarde, monseñor Noé, maestro de ceremonias pontificias, pronunciaba el tradicional extra omnes, para desalojar del recinto del cónclave a todas las personas que nada tenían que hacer allí, la mayor parte de los 111 electores tenían ya pensada la primera votación que habrán de emitir esta mañana. Ahora ya no harán falta sufragios «de sondeo». Las distintas posturas se han ido definiendo en los últimos días.
Quitar énfasis al Espíritu Santo
«Será pues como hombres, ciertamente como hombres responsables, pero siempre hombres, que estaremos obligados a proceder conforme al oficio que se nos ha encomendado. Por tanto, nada de «milagro» en el resultado, sino fruto de acción y de oración de hombres que, con todas sus fuerzas, desean ser cada vez más amigos de Cristo», había dicho el cardenal camarlengo, Jean Villot, durante la homilía de la misa pro eligendo Papa, celebrada en la mañana de ayer. Sólo dos novedades en la misa: Villot quitó énfasis al tradicional papel del cardenal, como «hombre iluminado por el Espíritu Santo». En segundo lugar -y al contrario que la última vez- no hizo ninguna referencia al Papa muerto.Fuera, en la plaza de San Pedro, en el mediodía de ayer ya estaban instaladas las cámaras de la RAI que han de transmitir la salida del humo blanco y la primera aparición del Papa al balcón principal de la plaza. En un rincón de la capilla Sixtina, la estufa de color gris espera los resultados de las votaciones. En un lado tiene pintadas las fechas de los cónclaves en que ha participado: desde el que eligió a Pío XI, hasta el último en que salió papa Juan Pablo I. Poniendo fe en la técnica, esta vez se utilizarán unos cartuchos con materias químicas que den un humo definitivamente blanco o negro.
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