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Emisarios marroquíes y argelinos se habrían encontrado en Libia

Marruecos y Argelia estarían ya decididos a iniciar negociaciones «secretas y definitivas» con el propósito de establecer un arreglo en el Sahara occidental, según han indicado a este diario fuentes de la mayor solvencia.La decisión de lograr un arreglo «definitivo» sobre el Sahara se habría tomado en el curso de un encuentro secreto efectuado en Libia, a mediados de septiembre, entre el consejero del rey Hassan II, Ahmed Reda Guedira, con el coronel Hoffman, uno de los más estrechos colaboradores del coronel Bumedian.

En esta reunión, durante la cual el señor Guedira habría entregado un mensaje personal de Hassan II a Bumedian, se habría fijado un calendario provisional de contactos «preliminares», al primero de los cuales correspondería la entrevista que están manteniendo en Trípoli Guedira y el coronel marroquí Dlimi, no sólo con el jefe de Estado de Libia, coronel Gadafi, sino también con emisarios personales de Bumedian y una «personalidad política» del Frente Polisario.

En el contexto de estos contactos preliminares se ha previsto también, para las próximas horas, una entrevista de Hakim Ibráhim, ministro de Asuntos Exteriores de la llamada República Arabe Saharaui Democrática (RASD), el jefe de Estado libio y el señor Guedira u otro enviado de Rabat.

El plan para la creación de la RASD

Las negociaciones marroquíes con el Frente Polisario se llevarían a cabo sobre la base de unas «garantías militares y politicas» del Frente Polisario a Marruecos, expresamente refrendadas por Argelia, que establecerían la realización de un referéndum y la creación de una «zona de seguridad» para el régimen de Rabat en el sur del Sahara, actualmente ocupado por Marruecos.

La mayor parte del territorio que se entregaría a una eventual RASD reconocida por Rabat provendría del Sahara mauritano, lo que exigiría también para Rabat garantías indirectas de Francia. París ya habría adelantado su voluntad de proporcionar esas garantías. La nueva RASD quedaría, además, económicamente unida a Marruecos, Argelia, Libia y Francia. Paralelamente, Marruecos se reservaría la explotación exclusiva de los fosfatos de Bu-Craa. Parte de la producción de esos yacimientos, más una porción indeterminada de la que se consigue hoy en territorio marroquí, podría ser aprovechada por Argelia, a precios y en condiciones especiales.

A este proyecto pacificador argelino-marroquí se opondría, en el área polisaria, el propio Hakim Ibrahim y parte del «área» política del Polisario. Su participación en los contactos «preliminares» habría sido, empero, impuesta por Argelia. Los medios consultados por este diario sugieren que las advertencias dirigidas anteayer por Ibrahim a Mauritania sobre la «paz que se está negociando a nuestras espaldas», han tenido, en realidad, como destinatarios a Gadafi y a grupos influyentes del Gobierno argelino.

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