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Marruecos busca la meditación libia en el Sahara

La entrevista celebrada ayer en Trípoli (Libia) por dos altos emisarios del rey Hassan II con el jefe del Estado libio, coronel Gadafi, representa la primera iniciativa concreta de Marruecos después del golpe del 10 de julio en Mauritania para tantear las posibilidades de una negociación del conflicto del Sahara. Ahmed Reda Guedira, gran estratega de la política real, y el coronel Dlimi, el hombre de las misiones secretas, se entrevistaron durante más de dos horas con el coronel Gadafi. En los primeros comunicados emitidos oficialmente en Rabat y Trípoli acerca de estas conversaciones se dijo que habían versado sobre el conflicto del Sahara.

A los ojos de los marroquíes, el coronel Gadafi puede jugar en estos momentos el papel de mediador con el presidente argelino, Huari Bumedian, que para Rabat es la clave de una negociación del conflicto, y en manos del cual Hassan Il estima que está la posibilidad de que Marruecos encuentre una salida digna. La marroquinidad del Sahara, es, en efecto, una convicción unánime de todos los partidos políticos del reino alauita. Aceptar soluciones que vayan en contra de esta actitud generalizada representa para la monarquía marroquí un serio peligro de desestabilización.

Aunque dos supuestos intentos de golpe de Estado contra el rey Hassan II fueron atribuidos en el pasado por las autoridades marroquíes al coronel Gadafi, Trípoli no ha respaldado totalmente las tesis argelinas para una solución en el Sahára. Libia se ha manifestado varias veces a favor del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, pero no ha reconocido al «Gobierno en el exilio» polisario.

De acuerdo con informaciones recientes salidas de Nuakchott, una de las numerosas hipótesis de trabajo elaboradas conjuntamente por Argelia, Mauritania y Libia, consistiría en crear un Estado saharaui al sur del paralelo 24, una solución que implica para Marruecos ceder una parte del territorio que le fue atribuido por los acuerdos de Madrid. Es de suponer que con su visita a Libia, los emisarios marroquíes hayan tratado de llevarles a una postura más intermedia.

Para Trípoli, planteado como está el conflicto en términos de hegemonía en el Magreb, la estabilidad y la dimensión política presente de Marruecos son tan importantes como sus buenas relaciones con el vecino argelino. El equilibrio actual puede resultarle interesante a Libia, y quizá por eso han recurrido a ello los marroquíes, que con el último cambio de Gobierno que ha llevado a dos importantes sectores -las inversiones y la información- a otros dos consejeros del rey se disponen a dar la batalla por conservar todo el Sahara actualmente en sus manos.

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