China, favorable a la ampliación del Mercado Común

Los dirigentes chinos apoyan el proceso de ampliación del Mercado Común, con el ingreso de Grecia, España y Portugal, según manifestó ayer en Bruselas Wilhelm Haferkamp, vicepresidente de la Comisión Europea, a su regreso de una visita oficial de diez días por la República Popular China. El miembro de la Comisión Europea declaró que «existen grandes posibilidades de cooperación entre Europa y China», gracias a la reciente firma de un acuerdo comercial CEE-Pekín y al programa de desarrollo y modernización económica china, cuyo horizonte se fija para el año 2000.

El apoyo de Pekín al proceso de refuerzo de la Europa comunitaria entra en el esquema general de los Políticos chinos de incitar la unión de los países de Europa occidental en sus planos político, económico y militar, como contrapeso a la hegemonía soviético-norteamericana.Por vez primera, una misión oficial del Mercado Común se acompañó de una representación, al más alto nivel, de dirigentes de empresas europeas. Casi todas las grandes multinacionales europeas fueron representadas en el periplo chino de Haferkamp, para un primer sondeo directo de cooperación.

La agricultura, la industria, la tecnología y la defensa, son los cuatro capítulos prioritarios para Pekín, cara a su programa de expansión general. Según Haferkamp, la CEE tiene un papel importante a jugar en el desarrollo chino, aunque, añadió, «los chinos no piensan variar sus conceptos de desarrollo, caracterizados por la mínima dependencia exterior».

Aludiendo al «realismo de los responsables políticos chinos», Haferkamp dijo que están dispuestos a participar al concierto mundial de desarrollo económico, con reservas para incluir la penetración en China de inversiones de capital extranjero.

Dentro del comercio entre europeos y chinos no se excluye el capítulo de suministro de material militar europeo. «No hablamos de este aspecto con los chinos», dijo Haferkamp, saliendo, al paso de interpretaciones periodísticas. Por otra parte, en Bruselas hay ecos que reflejan lo contrario. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) podría revisar sus reglas, que prohiben la venta de material militar, por parte de sus quince Estados miembros; a la China Popular. Un compromiso de suministro de petróleo y uranio chino para Europa podría ser la contrapartida de un «deshielo» en el sector de comercio de armas que, por el momento, queda descartado a nivel oficial.