Aumenta la popularidad de Tarradellas en Cataluña
Entre los meses de junio y septiembre del presente año ha habido un incremento de la popularidad de Josep Tarradellas, quien continúa siendo el político más conocido de Cataluña, según establece una encuesta efectuada por Icsa-Gallup, por encargo de Presidencia del Gobierno. Otra encuesta idéntica, efectuada el pasado mes de junio, había indicado, en cambio, que en los meses precedentes a aquél, la figura de Tarradellas habla perdido popularidad (véase EL PAIS de 6 y 15 de junio).
La encuesta, de ámbito catalán, y efectuada el pasado mes de septiembre, contiene, entre otras, dos preguntas destinadas a averiguar cuál es el político catalán más popular. La primera pide que se nombre a un político. La segunda consiste en facilitar por parte del entrevistador varios nombres para que el encuestado pueda manifestarse acerca de su conocimiento de los mismos.En la primera pregunta un 78% de los encuestados da el nombre de Tarradellas, mientras que en la segunda pregunta Tarradellas obtiene un porcentaje menor. Una encuesta idéntica llevada a cabo también por encargo de Presidencia del Gobierno, poco después de que Tarradellas regresara del exilio, hace un año, daba a éste un porcentaje de popularidad de un 85%. La siguiente encuesta, llevada a cabo el pasado mes de junio, arrojó un porcentaje de un 65%. Hubo entonces una pérdida de popularidad de un 25) % que ahora, en su mayor parte, ha sido recuperada. En todas las encuestas, Tarradellas es seguido en popularidad, a mucha distancia por Jordi Pujol, y, aún mucho más lejos, Joan Reventós.
No obstante, las fuentes informantes indican que no debe confundirse popularidad -o más exactamente, conocimiento público de una persona- con la preferencia política. Es decir, muchos de los que citan a Tarradellas antes que a otra figura no le votarían. Pero, en cambio, este tino de popularidad elemental -indican las fuentes- tiene un alto grado de importancia con relación a los sectores sociales menos politizados, razonamientos electorales pueden ser poco profundos.
Las fuentes informantes reconocieron explícitamente que la imagen del actual presidente de la Generalidad ha perdido credibilidad y respeto entre los sectores politizados, pero agregaron que «ello ha quedado ampliamente compensado por la sistemática aparición de Tarradellas en el canal regional de televisión».
Las fuentes precisaron que estos datos están siendo calibrados por Adolfo Suárez, cuyas relaciones con el presidente de la Generalidad están deterioradas, como prueban las infinitas suspensiones de viajes de Tarradellas a Madrid, siempre previamente anunciados de forma enfática desde la Generalidad. El incidente más reciente que prueba las discrepancias tuvo efecto el pasado lunes.
Enfrentamiento con los gobernadores
En efecto, fuentes extremadamente fiables indicaron que el lunes, en ocasión de la ceremonia de traspaso de competencias del Estado a la Generalidad, el Gobierno había decidido estar representado por los cuatro gobernadores civiles de Cataluña. Ello irritó a Tarradellas, quien indicó a las fuentes ahora informantes que iba a suspender el acto. La solución de compromiso fue la presencia de Landelino Lavilla y la sorprendente ausencia en el acto oficial de los cuatro gobernadores civiles de Cataluña. La guerra sorda entre los gobernadores civiles y Tarradellas, pese a la excelente disposición inicial de los primeros en colaborar con la Generalidad, contribuye -sin ser la causa esencial- al distanciamiento entre Tarradellas y el Gobierno.
El elemento que permitirá desvelar el sentido -del evidente deseo electoral de Tarradellas será el uso que haga de las facultades de tutela deseos municipios, que, a partir del 1 de noviembre, serán competencia de la Generalidad.
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