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El presidente deI Líbano teme el colapso del Estado

Tras una noche relativamente en calma, las tropas sirias apoyadas por carros de combate reiniciaron ayer su fuerte ofensiva contra las milicias cristianas. Según el presidente Elias Sarkis, los nuevos combates podrían provocar el colapso del Estado.

El presidente de Siria, Hafez El Assad, actualmente de visita en varios países de Europa del Este, no ha respondido a los llamamientos de Sarkis para que ordenase un alto el fuego a sus tropas.Ayer por la tarde, un portavoz de las milicias cristianas indicó que estaban librando un combate «feroz» con los sirios para obtener el control de un puente de importancia estratégica en Beirut.

En un mensaje radiofónico a toda la nación, Sarkis anunció su decisión de formar un nuevo Gobierno y de poner en marcha un plan de seguridad en el curso de los próximos diez días, con el propósito de resolver la gravísima crisis en que se encuentra el país.

«El deterioro de la seguridad nacional -dijo Sarkis- ha excedido ya todos los límites.»

Según los dirigentes falangistas y cristianos, treinta carros de combate sirios se lanzaron ayer contra sus posiciones, en los alrededores del puente Karantina, situado en la carretera principal que sale del norte de la ciudad.

Testigos presenciales informaron que durante la lucha las bombas cayeron sobre un hospital.

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El anuncio de Sarkis sobre la reorganización ministerial se produjo inmediatamente después de los combates registrados durante la noche del domingo al lunes, los más sangrientos desde que terminó la guerra civil de 1975-76. Se estima que durante esos enfrentamientos murieron cientos de personas y varios miles fueron heridas. Tanto los sirios como los cristianos parecen decididos a continuar su lucha hasta el fin, en medio de una destrucción sin parangón en los últimos años.

Todas las carreteras y avenidas del este de Beirut siguen prácticamente intransitables debido al permanente hostigamiento de los francotiradores. Las llamas de los incendios causados por los bombardeos de la noche del domingo aún no fueron apagadas.

El proyecto de Sarkis para la formación de nuevo Gobierno ha sido acogido con críticas por los partidos de oposición, tanto por los cristianos, de orientación derechista o liberal, como por la izquierda. El primer ministro, Selim Al-Hoss, se mostró ayer remiso a presentar su dimisión por temor a un «vacío de poder». Camille Chamoun, ex presidente y jefe de la alianza de partidos derechistas, calificó de «ridículos» los planes de Sarkis sobre un nuevo esquema de seguridad y pidió su dimisión. Saeb Salam, ex primer ministro y dirigente musulmán conservador, dijo que Sarkis ha cometido un «error grave» al anunciar esos planes.

Mientras tanto, hay indicios de que el ministro francés de Asuntos Exteriores, Louis de Guiringaud, ha iniciado gestiones en las Naciones Unidas para conseguir un alto el fuego en Líbano. A su vez, Assad tratará el asunto en Moscú, a donde llegará hoy en visita oficial.

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