UCD busca apoyos para Suárez de cara a la votación de investidura como jefe del Gobierno

Tres diputados de Unión de Centro Democrático han pasado al Grupo Mixto del Congreso, tras abandonar el suyo propio, en una operación destinada a impedir que José Ramón Lasuén controle el citado grupo tras su expulsión de UCD. La medida se inseirta en el contexto de una estrategia más amplia, que tiende a asegurar a Adolfo Suárez apoyos suficientes para ganar la votación de investidura como presidente del Gobierno, tras la entrada en vigor de la Constitución.Los diputados de UCD que pasan al grupo mixto son Luis Gámir (Alicante), José Ramón Pin (Valencia) y Juan Antonio González (Burgos). Los tres «son personas que gozan de la absoluta confianza del partido, en cuyas filas siguen militando», según una nota oficial de UCD. Esta misma versión ha sido ratificada por los interesados, uno de los cuales, el señor Gámir, declaró ayer: «Si me voy al Grupo Mixto es porque así me lo han pedido en el partido. Ni que decir tiene que sigo siendo radicalmente de Unión de Centro Democrático.»

La operación implica un apoyo a Raúl Morodo -antiguo secretario general del PSP, y actual embajador extraordinario- para que pueda seguir manteniendo el puesto de portavoz del citado Grupo Mixto. De esta manera, UCD trata de cortar el paso al señor Lasuén, recientemente expulsado por su partido, que ha pasado al Grupo Mixto junto con el ex diputado de UCD señor Acevedo y otros dos ex diputados centristas dados de baja en UCD a petición propia, los señores Burguera y Morales.

La votación de investidura

El sentido de esta operación no se limita a impedir un margen de maniobra parlamentaria al señor Lasuén, sino que, según distintos observadores, debe enmarcarse en las negociaciones en marcha para asegurar a Suárez un número suficiente de votos como para ganar la votación de investidura del presidente del Gobierno.Tras la entrada en vigor de la Constitución, y a pesar de las dudas que existen sobre la obligatoriedad leal de que el presidente Suárez tenía que dimitir, parece evidente que razones políticas obligarán a efectuar la correspondiente votación de investidura. De acuerdo con la actual redacción del texto constitucional -que en este punto fue modificarda por el Senado respecto a la del Congreso-, el candidato a presidente precisará mayoría absoluta en la primera votación, y sólo en el caso de no obtenerla se someterá, 48 horas después, a la segunda, en la que bastará la mayoría simple.

Si el presidente Suárez es presentado como candidato a presidente y no obtiene mayoría absoluta en la primera votación, este hecho supondría un deterioro político importante, aunque en la segunda consiguiera salir por mayoría simple. Sin embargo, los votos de UCD no alcanzan, por sí solos, la mayoría absoluta, situada en 176 diputados y ni siquiera bastaría el apoyo de la Minoría Catalana.

Actualmente, los grupos parlamentarios tienen esta composición: UCD, 159 diputados, Socialistas del Congreso, 107: Socialistas de Cataluña, 18: Comunista, veinte; Alianza Popular, dieciséis, Minoría Catalana, nueve; Minoría Vasca, ocho, y Grupo Mixto, trece.

Si a los 159 diputados de UCD se sumaran los tres que se pasan ahora al Grupo Mixto por decisión de su partido, más el posible apoyo del señor Morodo -nombrado embajador por el Gobierno Suárez en el último Consejo de Ministros-, más los dos diputados democristianos catalanes -uno de ellos, el señor Cañellas, expedientado- por su partido, podría ocupar la embajada en el Vaticano-, suman 165 diputados, cifra inferior a la mayoría absoluta.

En el supuesto de que la Minoría Catalana apoyara al señor Suárez (nueve diputados más), la cifra total llega a 174. que sigue siendo insuficiente. En estas circunstancias, el señor Suárez necesita asegurarse dos apoyos más que, según rumores no confirmados, podría recoger en el grupo parlamentario de Alianza Popular, concretamente en los diputados Gregorio López Bravo y Licinio de la Fuente, éste último muy alejado de las tareas de AP desde hace bastantes meses.