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Fernando Abril explicó vagamente la necesidad de un nuevo pacto

La necesidad de alcanzar un compromiso entre las distintas fuerzas sociales, en torno a la formulación de un programa económico para los próximos años, basado en la contención de la inflación y la creación de puestos de trabajo, fue reiterada abundamente ayer por el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Fernando Abril, en el curso de una rueda informativa, grabada ante las cámaras de RTVE....

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En el curso del diálogo, el señor Abril anunció que el Gobierno ultimará su programa económico antes del próximo sábado, pero las numerosas mutilaciones efectuadas al programa antes de su emisión privaron a los espectadores de conocer ésta y otras respuestas del vicepresidente económico.A lo largo de los poco más de 35 minutos de emisión, el señor Abril reiteró machaconamente los logros alcanzados a lo largo de 1978, merced a la aplicación del pacto de la Moncloa y el esfuerzo solidario de todos los españoles, así como la necesidad de entablar un nuevo diálogo que, a partir del margen de maniobra que la presente coyuntura permite, faculte la planificación de una serie de actuaciones en materia económica, con objeto de alcanzar la situación favorable que «con toda seguridad alcanzará la economía española a partir de 1980».

Como paso previo a cualquier valoración del presente, el señor Abril consideró necesario referirse a la dramática situación del pasado año, con unas tasas de inflación galopantes y un estado de práctica quiebra en el sector exterior, cuya única alternativa era incrementar año tras año el notable endeudamiento exterior. Los logros alcanzados en materia de precios y en la balanza exterior, que este año puede cerrar con equilibrio, han sido compatibles -dijo el vicepresidente- con un crecimiento-del Producto Interior Bruto (PIB) -que no cuantificó y con el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Frente a ello, la inversión privada bajó cuatro puntos respecto a 1977, aunque el vicepresidente puso especial énfasis en señalar que ello venía aconteciendo desde cuatro años antes.

La alternativa futura

Con menos concreción, el señor Abril abordó diversos aspectos de la alternativa futura. En principio, se mostró rotundo al deslindar los aspectos político y económico del inmediato futura. Para él, la constitucionalización del modelo de economía de mercado -«consustancial con el modelo democrático»- debe ser suficiente para garantizar la confianza empresarial necesaria para que la inversión se reactive, descartando que las expectativas políticas, respecto a la celebración de elecciones, tuvieran que ver con la formulación del pacto. Tampoco se mostró excesivamente diáfano al ser interrogado respecto a la postura gubernamental frente a la distinta postura de los tandem CCOO-PCE y PSOE-UGT, a la hora de fijar las condiciones de discusión del pacto. El ministro de Economía, quien por cierto afirmó que los temas políticos ya no eran de su competencia, indicó que en cualquier caso el Gobierno elegiría aquello que fuera más conveniente para el país en general, realizando al mismo tiempo todos los esfuerzos necesarios para concitar el mayor número posible de adhesiones al programa gubernamental.

El tema del empleo fue, a lo largo del diálogo ofrecido a los espectadores, uno de los que más atención acaparó por parte de los representantes de medios informativos convocados por RTVE. A las sucesivas preguntas sobre cómo el Gobierno pensaba fomentar la inversión y la creación de puestos de trabajo, el señor Abril insistió en que «no existe alternativa a esos objetivos. No podemos permitir que continúe agrandándose el tramo que separa a los que tenemos un trabajo de los que no lo tienen». No explicitó, sin embargo, cómo podrá alcanzarse ese crecimiento del 4 o 5% para 1979, ni si ello será suficiente para cubrir las necesidades de creación de empleo.

En los tramos mutilados de la rueda de prensa, el señor Abril aludió vagamente a temas como la elaboración del plan económico gubernamental, los problemas y actual coyuntura de la Seguridad Social y algún otro. Las omisiones de determinados espacios de la grabación fueron especialmente perceptibles por los espectadores en esta ocasión, al producirse varias referencias a «preguntas» anteriores por parte del propio vicepresidente económico y no haber sido visionadas por los atónitos espectadores de la rueda informativa.

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