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Un comandante construía la pistola en un cuartel de Hoyo de Manzanares

El comandante de Ingenieros Alejandro Molinero Cámara, destinado en el regimiento de Instrucción de la Academia de Ingenieros, en Hoyo de Manzanares, se encuentra en situación de arresto, implicado en la fabricación de un artefacto, con apariencia de bolígrafo, apto para disparar munición del calibre veintidós -con toda probabilidad del veintidós corto y sin que hasta el momento haya podido determinarse con exactitud el número de los bolígrafos-pistola construidos. Tampoco se tienen referencias precisas sobre las actividades del comandante Molinero, aunque fuentes de toda solvencia no han titubeado en calificarlo como de ideología de extrema derecha.

En fuentes oficiales se guarda la máxima reserva respecto al caso, y, aunque se admite el hecho, no ha sido posible conseguir una ampliación fundamental de datos. Ni siquiera se ha podido precisar si se ha abierto ya un expediente judicial. En todo caso, ello sucederá en los próximos días.El artefacto parece que responde a un modelo muy elemental: a través de un muelle potente se acciona un percutor y dispara munición del calibre 22. Expertos en la materia se inclinan a creer que se trata de un 22 corto, de escasa potencia y que, en condiciones normales, exigiría un disparo muy cercano y muy preciso para causar la muerte a una persona. Si se tratase de un dispositivo capaz de disparar balas del 22 largo, el planteamiento varía radicalmente. Se recuerda que fueron disparos de este calibre los que efectuó Sirhan Sirhan para abatir a Robert Kennedy en 1968.

Un solo disparo

Los bolígrafos en cuestión parecen capaces de hacer un solo disparo y se ignora todo lo referido a sus características concretas, alcance, materiales empleados y cualquier otro dato.

La unidad donde prestaba servicio.el comandante lleva a cabo experiencias de material pero en ningún caso, según ha podido saber EL PAIS, cuenta con ninguna sección dedicada a. la fabricación de armamento.

Se ha sabido también que ha causado extrañeza la posibilidad de que el comandante Molinero estuviese ligado a Fuerza Nueva y que hubiese dado conferencias sobre guerrilla urbana a jóvenes de esta organización -como se ha dicho en algunas fuentes-. Lo que no ofrece duda es la ideología ultraderechista del implicado.

Otro dato fundamental y que no es posible determinar con exactitud es el número de bolígrafos-pistola fabricados. Fuentes oficiosas insisten en negar una primera versión que hablaba de quinientas unidades.

A nivel de estas fuentes, la información obtenida puede resumirse así:

-No se han fabricado quinientos bolígrafos, sino muchos menos. Quizá los correspondientes a una «típica serie de prueba».

-Esta fabricación de bolígrafos podría ser considerada, como «un invento más, como se inventan muchas cosas».

-Se afirma que el asunto no es alarmante. El bolígrafo en cuestión sólo dispara un tiro y además -añadieron- no se sabe que se haya repartido a nadie.

-Se desconoce si se había comenzado su preparación con las debidas licencias e, incluso es posible que se estuviese investigando sobre el mecanismo, sin haber completado todos los requisitos de licencias y permisos.

Sin embargo, otras fuentes de toda solvencia han calificado estas informaciones -que no se ofrecieron con carácter oficial- como muy desviadas de la realidad y no conceden la menor posibilidad de que los bolígrafos-pistola puedan, estar relacionados, ni remotamente, con ninguna actividad norma dentro del Ejército.

"Grave irresponsabilidad"

Se ha podido detectar, en cambio, una extrema cautela al hablar del tema, ya que -con independencia del número real de artefactos fabricados y distribuidos- el simple hecho de que un comandante se lance a su puesta a punto, al margen de cualquier actividad oficial y utilizando las dependencias de la instalación militar donde se encuentra destinado, supone, cuando menos, una «grave irresponsabilidad», por lo que una actuación de este tipo supone de cara a sus superiores y a la propia imagen de la institución. En los mismos círculos se destacaba que, aunque pueda parecer extraño, la mecánica habitual de las tareas del cuartel ha podido llevar a esta situación aparentemente incontrolada, y que «no se puede estar encima de un comandante que tiene acceso a los talleres», dijeron, y en ningún caso, se trataba de un montaje concreto en una dependencia para fabricar en serie los bolígrafos.

Se señala también que en el momento en que alguien advirtió la irregularidad de los trabajos del comandante Molinero la noticia se extendió en el acuartelamiento y llegó a conocimiento de los superiores, que intervinieron oficialmente en el asunto.

El aspecto más espinoso del tema y el que motiva las mayores cautelas informativas es la posibilidad de que se hayan conseguido bastantes unidades del bolígrafo-pistola y su posible destino, sobre todo tras la sospecha muy fundamentada de que el comandante Molinero haya tenido relación con organizaciones de extrema derecha. Sus actividades concretas en este terreno no han podido precisarse, ni siquiera oficiosamente; sólo la seguridad de su ideología ultra y la afirmación de que se trata de «un hombre extraño».

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