Dos guardias civiles, asesinados en San Sebastián
Ayer, a las 8.30 de la mañana, dos guardias civiles fueron acribillados a balazos por unos desconocidos, junto al mercado de frutas y verduras de la capital donostiarra. La acción directa contra las fuerzas de la Guardia Civil fue realizada por un comando integrado por cuatro hombres. Los autores materiales del hecho, tres personas con el rostro cubierto con medias negras, se situaron dos a ambos lados del vehículo en que se hallaban los guardias civiles y un tercero enfrente, tras lo cual abrieron a quemarropa un intenso fuego de metralleta.
Otro joven esperaba en las proximidades, cerca del coche en el que más tarde intentarían huir. El cuerpo de una de las víctimas, el guardia civil José Zafra, presentaba veintiún orificios de bala, y el de su compañero, Lorenzo Soto Soto, conductor del vehículo, recibió diecisiete balazos. Ambos fallecieron en el interior del coche. Durante toda la tarde de ayer se difundieron numerosos comunicados de condena de los partidos políticos y centrales sindicales.Los guardias civiles muertos, el conductor y su ayudante, adscritos al economato del cuerpo, tenían la misión de abastecer de alimentos a la Comandancia de la Guardia Civil. En el momento de ser abatidos a tiros se disponían a trasladarse al cuartel con el coche cargado con dieciocho cajas de frutas y verduras. Cumplida su misión subieron al vehículo, el Land Rover PCG-0428-T, que habían estacionado junto a uno de los muelles de carga. Segundos después, cuando se disponían a arrancar el automóvil, un joven se situaba frente al vehículo y dos frente a las puertas delanteras de ambos lados, abriendo fuego contra los guardias civiles. Las heridas mortales producidas por las balas les impidieron repeler la agresión. Los guardias civiles vestían monos azules de faena, y sus armas, que posiblemente no llegaron ni a tocar, aparecieron en los asientos del automóvil. Después se encontraron en el lugar del atentado veintiún casquillos de bala calibre nueve milímetros Parabellum. Uno de los agresores resultó herido probablemente por el rebote de una de las balas, como se podría comprobar más tarde al observarse manchas de sangre en los vehículos que utilizaron para cometer los asesinatos.
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Dos miembros de la Guardia Civil, ametrallados en un mercado de San Sebastián
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Hora y media después del suceso, los cuerpos sin vida de los dos guardias civiles llegaban al hospital Militar, situado a pocos metros del lugar del suceso. A primeras horas de la tarde se les practicó la autopsia y fue instalada la capilla ardiente en el cuartel que la Guardia Civil tiene en el paseo de Heriz. Hoy, a las diez de la mañana, se celebran los funerales en la iglesia de San Sebastián, mártir, en el barrio donostiarra del Antiguo.
La acción armada en San Sebastián y el atentado que costó la vida el sábado a un policía en Alava, no han sido reivindicados de momento por ninguna organización.
La huida
Como ya viene siendo habitual en las acciones armadas que se producen en Euskadi, los autores del atentado utilizaron un coche que previamente habían robado a punta de pistola. El R-8 amarillo matrícula SS-7866-D fue robado a su propietario, Diosdado Cantera Rojo, en el barrio de Alza, cuando éste se disponía a acudir al trabajo. Obligado por la amenaza de las armas a subir al vehículo, fue trasladado a un monte próximo, en el que fue abandonado, atado y amordazado.
El R-8 fue aparcado a escasos metros del lugar del suceso y cuando los agresores trataron de darse a la fuga algún fallo mecánico en el automóvil les obligó a abandonarle precipitadamente. En el coche se pudieron observar varias manchas de sangre, lo que hace suponer que uno de los autores del atentado se encuentra herido posiblemente por el rebote de alguna de las balas que dieron en la caja del Land Rover.
Ante el inesperado fallo mecánico, los agresores reaccionaron rápidamente, y mientras que dos huían, al parecer, en un Seat-127, matrícula de Logroño, los otros dos, entre los que se encontraba el herido, robaron a punta de pistola un taxi en el que emprendieron una veloz huida.
El taxi citado apareció en el barrio de Herrera, y el Seat- 127 fue localizado por la Guardia Civil en las proximidades del monte San Marcos. En el último de los lugares mencionados, al aparecer la Guardia Civil, se produjo un tiroteo con dos jóvenes que huían por el monte.
Numerosas fuerzas de la Guardia Civil y la Policía Armada han montado controles en varios puntos de la provincia y se están dando batidas en el barrio de Bidebieta y en el monte de San Marcos, lugares donde aparecieron el taxi y el Seat 127.
A la hora de redactar esta información, la actuación policial no había dado resultado alguno y varias de las personas trasladadas a las dependencias de la comisaría de San Sebastián y de la comandancia de la Guardia Civil para prestar declaración fueron puestas en libertad, tras comprobar que no tenían relación con los hechos.
A media mañana, en el monte San Marcos, próximo a la localidad de Rentería, se registró un tiroteo entre la Guardia Civil y dos desconocidos que huían por el monte. Existe la duda de si en este incidente participaron los autores del atentado o por el contrario podría tratarse de los jóvenes encapuchados que ayer por la mañana asaltaron la sucursal que la Caja de Ahorros Provincia¡ tiene en la localidad de Hernani.
El conductor del Land Rover, que resultó muerto, Lorenzo Soto Soto, de veinticuatro años, soltero y natural de Lorca (Murcia), había ingresado en el cuerpo el 1 de febrero de 1974.
El otro guardia, José Zafra Regil, de treinta años. natural de Pulgcerdá (Gerona), estaba casado con una alavesa y era padre de un niño de cuatro años.
Funeral del policía asesinado en Vitoria
Los restos mortales del policía armado, Juan Antonio Gerreiro González, muerto en el atentado del pasado sábado en Vitoria, recibieron ayer sepultura en el cementerio de San Miguel de Reinante. en la provincia de Lugo.
Por su parte, el estado de salud de los otros dos miembros de las fuerzas de orden público que resultaron heridos graves en el atentado del sábado evoluciona favorablemente.
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