La derecha acentúa su predominio en las fuerzas armadas portuguesas

Se espera para los próximos días la designación del almirante Augusto Souto Cruz, de tendencia conservadora, como subjefe del Estado Mayor conjunto de las fuerzas armadas. Esta promoción será acompañada de otros nombramientos que acentuarán el predominio derechista en los mandos militares.El almirante Souto Cruz será sustituido en la jefatura del Estado Mayor de la Armada, que desempeña desde 1975, por el almirante Leitao, también de tendencia conservadora. Los almirantes Silva Horta y Leonel Cardoso, que por sus posiciones en el escalafón podían aspirar al puesto, han sido previamente eliminados, el primero mediante su designación como ministro del Gobierno central ante el Gobierno regional de las Islas Azores, y el segundo por haber cumplido la edad reglamentaria para el pase a la reserva.

Souto Cruz se sitúa así en el segundo puesto de la jerarquía militar y ocupará en el Consejo de la Revolución la vacante dejada por el general Loureiro dos Santos. El almirante Leitao integrará también el Consejo.

En los medios políticos se prevé que las alas militares derechistas lograrán, en un futuro próximo, la mayoría dentro del organismo. Para ello bastará una o dos renuncias de consejeros veteranos, ya anunciadas en varias ocasiones por los interesados. Los oficiales revolucionarios del 24 de abril se muestran cada vez menos interesados en sacrificar sus carreras profesionales a un papel político cada vez más honorífico.

La actuación del almirante Souto Cruz ha sido objeto de críticas y polémicas en varias ocasiones, sobre todo cuando el Tribunal Supremo de Justicia Militar invalidó su decisión de pasar a la reserva al almirante «rojo» Rosa Couthinho, absuelto por el Consejo de Disciplina de la Armada de la acusación de abusos de autoridad.

La influencia conservadora en el ámbito castrense se completa con la decisión del presidente Ramalho Eanes de colocar al frente del gabinete del Estado Mayor Conjunto al general de brigada Aurello Trindade, que se distinguió, en el comando de la Escuela de Infantería de Mafra, por sus ideas acerca de la necesidad de que el Ejército retornase el camino de la disciplina.