Con la cruz y la pornografía
Era el domingo día 10, sobre las 12.30, en la calle del General Ricardos, número 19, donde existe una entrada a un garaje que hace rinconada. Acababa de comprar EL PAIS y me disponía a echar una ojeada a su primera página, rnientras paseaba, cuando, al llegar, al sitio mencionado, encontré el automóvil matrícula SS-7754-C, color blanco, que obstruía toda la acera por estar atravesado en ella, no obstant e que había sitio para aparcar unos metros más adentro. Tuve que salirme de la acera para poder continuar. Una vez pasado el auto que obstruía el paso a los peatones, me acerqué a la ventanilla con toda corrección y le dije al individuo que se encontraba al lado del volante que hiciera el favor de avanzar el coche un poco más para dejar libre el paso a las personas.Y aquí viene lo inaudito. El tal dejó la revista pornográfica que estaba leyendo, salió del coche, me llenó de improperios y, tras amenazarme con pegarme si no me iba pronto, se volvió a meter en el coche y siguió leyendo su revista. Antes de retirarme, le dije que iba a llamar al 091, a lo que me Contestó:
-Puedes hacer lo que quieras. i Para lo que te va a servir!
Sólo debo agregar que tengo 73 años y mi insultador, de veinticinco a treinta.
Se me olvidaba decir que tenía una barbita circular y una cruz de oro pendiente de una cadena de lo mismo sobre el pecho descubierto.
Creo que no se atrevió a pegarme porque estaba solo y estos malvados son valientes cuando están armados y van en pandilla.
En todo caso, pienso que sí, como pregonaba, la cruz que lo identificaba, era un cristiano de los de Cristo Rey, mal empleo se da por la Iglesia y por las instituciones privadas de enseñanza subvencionadas por el Estado a los 6.300 millon.es de pesetas a la primera y otros tantos a las otras que pagamos todos los españoles, para dar a estos bárbaros tan mala educación.
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