El Gobierno portugués, derrotado en el Parlamento
El Gabinete «presidencialista» del primer ministro Alfredo Nobre da Costa fue derrotado anoche en el Parlamento portugués después de una serie de incidentes provocados por la intervención del jefe del Gobierno.Una propuesta socialista de rechazo al programa presentado por Nobre da Costa fue apro bada con 148 votos a favor (socialistas, demócratas cristianos del CDS, independientes socialistas y un voto de la extrema izquierda), 75 en contra (socialdemócratas) y la abstención de los diputados comunistas. Otras dos propuestas de rechazo, patrocinadas por comunistas y demócratas cristianos, fueron retiradas al ser aprobada la de los socialistas.
La última sesión de los debates sobre el programa de gobierno, en la que intervinieron los líderes de todos los grupos parlamentarios, concluyó en un clima de tensión provocada por una agresiva intervención del primer ministro, quien afirmó que su Gobierno era un recurso ante la «imposibilidad y la incapacidad» demostrada por los partidos y por dos años de «inoperancia» de la Asamblea de la República Nobre da Costa añadió que muchos diputados no tenían conciencia de la gravedad que suponía rechazar su Gobierno.
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Socialistas y democristianos quieren salvar la figura del presidente Eanes
(Viene de primera página)En un tono claramente desafiante, el primer ministro concluyó afirmando que su Gobierno se mantendría «en funciones» hasta que fuese cesado por el presidente Eanes.
La intervención de Nobre da Costa provocó las airadas protestas del PS y del CDS, así como de la mesa de la Asamblea de la República, quienes reprocharon al primer ministro sus críticas indiscriminadas a los partidos y al Parlamento.
Antes de la votación, los dirigentes socialista y democristiano habían aprovechado sus intervenciones para avanzar posibles soluciones al vacío de poder que se crearía con la derrota parlamentaria del tercer Gobierno constitucional portugués. El presidente del CDS propuso, en concreto, tres fórmulas de recambio: un acuerdo interpartidario, sin coalición, entre socialistas, socialdemócratas y democristianos; un acuerdo entre la presidencia de la República y los partidos, o un nuevo Gobierno independiente, pero dotado de un programa limitado y que no integrase a elementos «polémicos».
Otra preocupación en la intervención de los dos dirigentes: el deseo de restablecer, si no un clima de entendimiento, al menos las condiciones para un diálogo con el general Eanes.
El presidente de los socialdemócratas, sin embargo, no dejó mucho margen a la posibilidad de un acuerdo entre los tres, que parecen desear socialistas y dernocristianos. Justificando el voto favorable a Nobre da Costa de su partido, el dirigente socialdemócrata lanzó una violenta requisitoria contra socialistas, democristianos y comunistas, a quienes acusó de obstinarse en «hacer imposible un Gobierno que nosotros consideramos, no sólo el único posible, sino el necesario para que Portugal estabilice su democracia».
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