Sólo un milagro puede salvar al Gabinete portugués de Nobre da Costa
Los días u horas están contados para el Gobierno Nobre da Costa, para quien la prensa portuguesa anunciaba ayer un réquiem. Apenas algún que otro «presidencialista» se atrevía ayer aún a esperar un milagro, un postrer «golpe de audacia» del Gabinete después del naufragio del primer día de debate parlamentario.A falta de brío, fue necesaria, al equipo Nobre da Costa, una buena dosis de paciencia y capacidad de encaje para aguantar cerca de cinco horas de ataques cerrados desde todos los puntos del hemiciclo. El más empeñado en provocar la caída del Gobierno parece ser ahora el Centro Democrático y Social, que hizo suyas todas o casi todas las objeciones de los socialistas, añadiendo, de su propia cosecha. una enfática denuncia de lo que estima ser «concesiones gravísimas al comunismo soviético», a nivel, particularmente, de la política exterior.
El presidente democristiano Freitas do Amaral, que había sido el primero en felicitar al general Eanes por la elección de Nobre da Costa como primer ministro, hizo, desde la tribuna, una calurosa defensa del sistema democrático parlamentario, que suscitó varias veces los aplausos de la bancada socialista. De un Gobierno sin partidos, declaró Freitas do Amaral, se pasa con demasiada facilidad, y más rápidamente de lo que juzgan los incautos, al Estado sin partidos.
Es más, el CDS advierte la «tentación de un golpe de Estado constitucional » en una afirmación del primer ministro, según la cual, rechazado su programa por la Asamblea, el nuevo Gobierno se consideraría como «Gobierno de gestión». La Constitución portuguesa sólo prevé esta fórmula de «Gobierno de gestión» para el lapso de tiempo que separa la disolución del Parlamento de la celebración de nuevas elecciones. Seria advertencia, pues de Freitas do Amaral al general Eanes: no vaya a pensar el jefe del Estado en dejar la situación tal como está, sin iniciar inmediatamente los trámites para formar un nuevo Gabinete.
Es cierto que los comunistas han anunciado, al presentar su moción de rechazo, que no votarían en favor de las otras dos, del PS y del CDS, y que si todos optaran por la misma actitud, el Gobierno, políticamente vencido, podría aún salvarse por falta de acuerdo entre sus adversarios. Pero esta posibilidad parecía descartada al final del día. Los socialistas anunciaban en conversaciones informales su intención de votar las tres mociones, asegurando, pues, a todas ellas, la necesaria mayoría absoluta. El CDS también votaría la moción socialista.
Los socialdemócratas admitían, como última posibilidad, deserciones en los rangos socialistas a la hora del voto, pero sin gran convicción. Además, no han hecho nada para salvar a Nobre da Costa. La intervención de Sousa Franco, en nombre del PSD, ha sido un duro requisitorio contra la política económica del Gobierno .
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