Don Juan Carlos: "El pueblo español ofrece un perfil social progresivamente secularizado"

«El pueblo español atraviesa por momentos, no por difíciles menos esperanzadores, de positiva transformación, que se añade a los grandes cambios conocidos en nuestra sociedad en el curso de las últimas décadas; cambios que han configurado un perfil social progresivamente secularizado, un pueblo desarrollado en su educación y cada vez más responsable en la gestión de sus destinos terrenales», dijo el rey don Juan Carlos en los brindis de la cena celebrada en la embajada de España ante la Santa Sede, a la que asistieron los cardenales españoles y los miembros de la misión que acudió el domingo al rito con que Juan Pablo I inició su pontificado.

Los Reyes, que presidían la misión española, junto a los ministros de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y de Justicia, Landelino Lavilla, fueron recibidos a las once de la mañana de ayer en audiencia especial por el papa Juan Pablo I. La noche anterior asistieron a la cena ofrecida en la embajada española, a cuyo término don Juan Carlos expuso su juicio sobre el pueblo español reseñado arriba, añadiendo que esos cambios no han alterado, sin embargo, «el valor que la tradición cristiana y las vivencias de la fe tienen para nuestro pueblo».«Lejanos ya los tiempos en que la unidad sacral conformaba, monolíticamente las respuestas de una sociedad -añadió el Rey-, la veriedad humana necesita hoy de su reconocimiento en el pluralismo de las legítimas opciones y actitudes. Debemos ofrecer el testimonio de una sociedad respetuosa con los derechos del hombre, con la afirmación de sus libertades y con el reconocimiento de sus responsabilidades.»

Respecto a las relaciones entre la Iglesia y el poder civil, don Juan Carlos manifestó que habían experimentado cambios que «si bien no estuvieron exentos de las dificultades inherentes siempre a las transformaciones profundas, hoy las dos potestades van encontrando un nuevo y más satisfactorio nivel de afirmación de sus específicas responsabilidades y misiones».

En relación al Concordato que regula las relaciones entre España y la Santa Sede, don Juan Catlos afirmó que el proceso de revisión de las relaciones iniciado en 1976 se encuentra en avanzado grado de desarrollo. «Estoy convencido -dijo- de que la voluntad que anima a las autoridades eclesiásticas y civiles permitirá, en un breve plazo de tiempo, culminar un proceso que tiene como última finalidad el bien de la Iglesia y del pueblo español. »

El Rey mantuvo también una breve conversación con los periodistas acreditados en Roma, a los que manifestó que «como católico, como español y como Rey pienso que Juan Pablo I puede ser un gran Papa». Con Juan Carlos, que hizo estas manifestaciones tras la audiencia que concedió a los Reyes el nuevo Papa, afirmó que Juan Pablo I le había parecido muy «sencillo y humilde, uno del pueblo». Relató a los periodistas que el Papa le cedió el paso diciendo: «Aquí ustedes son mis huéspedes. »

Los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia, señores Oreja y Lavilla,ofrecieron también una rueda de prensa, en el curso de la cual aseguraron que el nuevo Concordato español está casi a punto; que existe un clima de gran cordialidad en las relaciones entre el Gobierno y la nunciatura apostólica de Madrid; y que algunas cosas están sólo pendientes de la nueva Constitución.

Los Reyes, acompañados de los demás miembros de la misión española, abandonaron Roma poco Jespués del mediodía de ayer, en un avión especial del Ejército del Aire, que partió del aeropuerto militar de Ciampino, rumbo a Palma de Mallorca.