Israel rechaza la presencia de tropas norteamericanas en Cisjordania y Gaza

El primer ministro de Israel, Menahem Begin, rechazó ayer la presencia de soldados norteamericanos en Cisjordania y Gaza. «Nosotros no pedimos a soldados extranjeros, ni siquiera norteamericanos, que nos defiendan. Defenderemos nuestro país nosotros mismos», declaró Begin ayer a una delegación americana del Fondo Judío Unificado en el Parlamento israelí.

Begin dijo que si el presidente Carter proponía a Israel un tratado de defensa mutuo, recomendaría a su Gobierno que lo aceptase. Que si Estados Unidos solicitaba, en el marco de dicho tratado, «facilidades en Israel», estaría igualmente dispuesto a dar una respuesta positiva. Pero a continuación dijo que Israel no quería la presencia de soldados norteamericanos en Gaza y Cisjordania.La declaración de Begin no supone ningún cambio en la tradicional política israelí, ya que ha dejado claro que, si bien está de acuerdo en la firma de un tratado de defensa mutuo y, eventualmente, en la aceptación de una base naval americana en algún puerto de Israel, no está dispuesto en renunciar a Cisjordania y Gaza.

Ante la delegación judía norteamericana, Begin se presentó con más fuerza, si cabe, ya que acababa de recibir el apoyo de la oposición laborista de cara a las negociaciones de Camp David. «Nos hemos puesto de acuerdo sobre cinco puntos», manifestó Begin. Estos principios son:

1. Jerusalén no volverá a ser dividida y será para siempre la capital de Israel.

2. Israel no regresará jamás a las fronteras de 1967.

3. Israel no aceptará la menor rectificación de dichas fronteras.

4. La defensa de Israel en el Este comienza en el río Jordán y las tropas de este país deben permanecer a lo largo del río.

5. Las fuerzas israelíes deben quedarse en CisJordania cualesquieran que sean, las circunstancias.

Oposición soviética

Con las declaraciones citadas de Begin, las perspectivas de alcanzar un acuerdo en la conferencia patrocinada por Estados Unidos son más bien escasas, informa desde Washington nuestro corresponsal El presidente norteamericano Jimmy Carter se reunió ayer con sus consejeros de política internacional para dar los últimos retoques a las propuestas norteamericanas que serán presentadas a los dirigentes egipcio e israelí la próxima semana.En la reunión se pasó revista también la la tensa situación en Líbano, que amenaza con desembocar en un choque entre Israel y Siria, qué pondría en peligro la «cumbre» de Camp David, así como la reacción soviética a la iniciativa norteamericana.

A través de un discurso de Gromiko, la URSS dejó bien claro que se opone a las sugerencias de establecer una «fuerza de paz» norteamericana en Oriente Próximo y calificó esta posibilidad, como una «seria amenaza» para la independencia de las naciones árabes de la región. Para Moscú, la única vía posible de un acuerdo de paz en Oriente Próximo atraviesa por la mesa negociadora de Ginebra

Begin y Sadat llegarán el próximo martes a Washington, para trasladarse inmediatarnente, y por separado, a la residencia presidencial de Camp David. El líder egipcio viajará desde París, donde celebrará una entrevista con el presiderite francés, mientras que Begín pasará el domingo y el lunes en Nueva York, manteniendo contactos con destacados miembros de la poderosa comunidad judía

Carter se entrevistará separadamente con los dos mandatarios el miércoles y la «cumbre» tripartita empezará el jueves. Uno de los acuerdos a que se ha llegado en los preparativos de la reunión consiste en unificar los portavoces de prensa, de tal modo que se evite el espectáculo de la conferencia de julio pasado en el castillo británico de Leeds, donde los portavoces egipcio e israelí se contradecían y criticaban constantemente. En Camp David será Jody Powell, secretario de prensa de la Casa Blanca, el encargado de facilitar la versión oficial de las conversaciones.